Para concientizar a la población estudiantil del Campus Mederos sobre la importancia de tomar algunas medidas y recomendaciones en cuanto a la convivencia con el oso negro, Omar Ocañas García dictó la conferencia «Manejo de conflictos entre actividades humanas y el oso negro«.
Esto en el marco de la EcoFav que, con motivo del Día en Contra del Cambio Climático, organizó la Facultad de Artes Visuales de la UANL.
Ocañas García, maestro en ciencia animal, enfatizó que el oso negro es una especie catalogada como amenazada, pues existe poco menos de un millón de ejemplares a nivel global, por lo que expuso una serie de hechos que ponen en peligro la vida de este ejemplar.
Los osos negros son animales solitarios, con excepción de aquellos grupos familiares donde habita una hembra con crías. La población mantiene una marcada jerarquía basada en el tamaño y peso del macho alfa.
«El oso negro es un carnívoro que defiende territorio por agua y alimento. Esto lo tenemos que tomar en cuenta cuando nos percatamos de la presencia cercana de un ejemplar o un grupo de ellos».
El experto agregó que este animal es una especie omnívora, es decir, come lo que sea, lo que representa un peligro para su propia existencia.
Los meses de junio, julio y agosto están llenos de actividad, pues el oso negro se prepara de cara al invierno, aunque Ocañas García enfatizó que en Nuevo León el oso negro no hiberna.
Entre las problemáticas más graves con las que se encuentra el oso negro está la presencia del ser humano, por lo que Ocañas García destacó que la manera más devastadora en la que podemos convivir con esta especie es alimentándolo.
De la misma manera, los osos dañan cultivos, apiarios y el ganado, incluso puede ocasionar lesiones y pérdida de vidas humanas.
Entre las posibles soluciones presentadas por Ocañas García se compartió la experiencia de Yosemite, California, que en 2000 tenía 1 mil 600 conflictos con osos.
Y luego de la implementación de distintas medidas como el manejo de atrayentes en distintos contenedores de basura, capacitación de su personal, educación al visitante al parque nacional, aplicación de multas, en diez años se redujo a 120 el número de conflictos.