Por José Francisco Villarreal
4 Durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los objetivos estratégicos del III Reich fue la instalación de observatorios meteorológicos en el círculo “frío” de Europa. Todas las campañas de las tropas aliadas y del Eje estaban subordinadas a las condiciones del clima. Tan fue así, que una buena parte de la derrota alemana en Rusia se debió al invierno, el mismo que derrotó a Napoleón. La otra parte de la derrota fue causada por la incompetencia del Fürer, auto investido en comandante supremo. Otro mandatario autócrata que se suma a Calígula y Jerjes I, enfrentando estúpidamente a la naturaleza. Uno le declaró la guerra al mar; el otro lo mandó azotar. Yo crecí con una alerta climática insertada en la sangre. Aún se contaban historias familiares sobre la gran inundación de 1909. Yo mismo estuve bajo el azote del huracán “Gilberto”, fascinado y horrorizado a unos metros del enorme y enfurecido caudal del río Santa Catarina. Con esos antecedentes en casa, la noticia más importante de cada día sigue siendo el pronóstico meteorológico. Es el primer factor para organizar actividades. Rara vez nos sorprende una tormenta, o una helada, o una onda tórrida. Así concibo la vida cotidiana en todo el mundo: atentos todos a no cometer los errores de don Napoleón y don Adolfo. Como para la guerra, la Meteorología es vital porque el clima nos afecta individual y colectivamente. Seamos “team” calor o frío, todas nuestras actividades como individuos y como sociedad dependen de las condiciones meteorológicas. ¡Hasta una “carne asada”! Aunque… hay necios que nos hemos atrevido a meter el asador a la casa para burlar un chubasco, o a varios grados bajo cero salir de la ducha envueltos en una toalla para tender la ropa húmeda. ¡Jerjes, Calígula!, ¡Supérenme! En cualquier caso, así como en la Segunda Guerra Mundial, en nuestra relativa paz, la observación, pronóstico y reporte meteorológicos son estratégicos. Los medios cumplen con esa responsabilidad, y las áreas nacional, estatales y municipales de Protección Civil hacen otro tanto. En ocasiones lamentables hemos sido rebasados por las condiciones meteorológicas, pero no sorprendidos. Y es común la noticia del despliegue de contingentes oficiales antes, durante y después de un fenómeno meteorológico. Insuficientes a veces, pero ahí están. No nos faltan tampoco carroñeros, sean periodistas, políticos o delincuentes oportunistas, pero son “prietitos del mismo arroz”.
3 La terrible riada en Valencia no es novedad para los valencianos, pero tal vez le falló la memoria. A unos días de cumplir mi primer año, cuando todavía no aprendía a usar el biberón, otra inundación devastó Valencia, 13 de octubre de 1957. Otro autócrata estaba al mando del estado español, Francisco Franco. Se apersonó en las zonas devastadas, aunque no sé si se enzoquetó su siempre impecable disfraz de milico. Lo seguro es que ningún valenciano se atrevió a lanzarle ni objetos ni lodo. Tampoco le gritaron “¡Asesino!”, tal vez porque, como dice el refrán, “por sabido, se calla”; oficialmente se difundió que los valencianos vitorearon y aplaudieron al “Caudillo”. La respuesta de don Pancho al desastre, además del obligado apoyo a la reconstrucción y asistencia a damnificados, fue el llamado “Plan Sur”, que desvió y canalizó el río Turia. Una obra “a toro pasado”, pero que previno nuevas catástrofes durante más de 60 años. Algo pasó en ese tiempo que no se previno contra nuevas riadas, tal vez se permitieron urbanizaciones en zonas bajas, o bloquearon cauces naturales. En el Área Metropolitana de Monterrey ya hemos visto eso y sufrido sus consecuencias… varias veces. El caso es que al actual rey español no le fue bien en su visita a la zona afectada por esa “Gota Fría” que llaman DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Hace meses, una repentina tormenta afectó la zona de Castellón de la Plana y Villarreal, también en la Comunitat de Valencia, aunque sin tanta agua y creo que sin víctimas mortales. Hubo daños y quejas, pero no pasó a mayores.
2 ¿Por qué en esta DANA se enojaron tanto los valencianos? No lo sé de cierto, lo supongo, pero algo tendrá qué ver que desde el 23 de octubre, la AEMET empezó a lanzar advertencias climáticas, cinco en total, la última por la mañana del 29 de octubre, horas antes de que se desencadenara el desastre. Ninguna fue atendida, salvo en oficinas gubernamentales, donde se mandó a casa a los burócratas desde las 5 PM, pero no se suspendieron actividades laborales en general. ¿Qué cosa es la AEMET? Pues es la Agencia Estatal de Meteorología en España. Esa misma que el partido ultraderechista VOX, amigo de algunos fachos panistas mexicanos, propuso desaparecer para ahorrar recursos. Pero, ¿por qué la magnitud del desastre? Pues porque el presidente del Gobierno de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, dijo, hasta las 6 de la tarde de ese 29 de octubre, que el fenómeno iba en descenso, y fue hasta las 8 PM cuando emitió la alerta, cuando las calles ya estaban inundadas y ya había personas atrapadas. El origen del desastre fue justamente en la Generalitat, que días antes debió advertir a las municipalidades sobre el peligro. Luego, horas antes de la riada y ante la inminencia de la catástrofe, debió alertar a la población y coordinar a las municipalidades, organizar sus recursos para enfrentar la contingencia, y pedir la intervención del gobierno central… Pero no hizo nada de eso. También días antes, el gobierno central, en base a sus atribuciones, debió evaluar la capacidad del gobierno valenciano y asumir acciones preventivas… Pero no lo hizo. La misma noche del desastre, el gobierno central debió movilizarse, y el gobierno valenciano debió no sólo facilitar, incluso solicitar la llegada de cuerpos de auxilio españoles y extranjeros… Pero no lo hicieron. Mazón llegó al extremo de rechazar apoyo de brigadas y recursos desde otras comunidades del reino español. Cientos de españoles llegaron a pie a ayudar en las zonas más devastadas, y Mazón les pidió que regresaran a sus casas. Un par de horas después, les agradeció su presencia y les pidió que se quedaran. ¿Así o más incompetente? Para cuando el rey, la reina y el presidente español llegaron, los ánimos estaban más que caldeados. La Comunitat de Valencia ofreció a Felipe un trono de lodo, escombros y cadáveres. Los gritos de “¡Asesinos!”, lanzados al monarca, al presidente español Pedro Sánchez (PSOE, centro izquierda) y a Carlos Mazón (PPCV, derecha), debieron dolerle menos a Felipe que la vergüenza internacional a la que lo expuso su propio pueblo, que parece que ya no les sienta mucho ser “súbditos”.
1 Hay que ser justos y entender que por el régimen autónomo de las comunidades españolas, la ayuda central debe ser solicitada por el gobernante local en turno. La confrontación ideológica entre el PSOE de Sánchez y el PP valenciano de Mazón, tal vez debió pesar en la tardía coordinación. Pero las omisiones, contradicciones y absurdos fueron contundentes… y mortales. Si bien por ley cualquier acción coordinada debe ser presidida por el gobernante local, en los hechos fue más que obvio que era imposible para Mazón coordinar siquiera su propia lengua. Mazón fue más un obstáculo que una opción. Si el gobierno central hubiese roto las leyes para acudir en ayuda de Valencia sin ser invitado, nadie lo hubiese reprochado. Pero la intensa guerra mediática que la derecha y la ultraderecha han desencadenado contra el gobierno de Pedro Sánchez, aprovecharía cualquier resquicio para recrudecer su campaña. Sí, pero igual lo hacen ahora. Más tardó Sánchez en volver de Valencia que la derecha franquista española en manifestarse contra el PSOE. ¿Qué tiene qué ver? ¡Nada! Pero no importa. La idea es mover la olla podrida de los medios para obtener ganancias políticas. Desprestigiar a toda costa al adversario. La moral y la decencia no son comunes en la política, pero nunca han sido virtudes en la ultraderecha. En esta trágica comedia política que horrorizaría al propio Ionesco (Teatro del Absurdo), se impuso la marcha humanitaria de civiles y la heroica respuesta de los valencianos afectados directamente por la riada. No creo que ni el nefasto VOX, su moderada comparsa el PP, e incluso el muy “marxista” PSOE (segundo partido más antiguo de Europa), comprendan a cabalidad el movimiento social espontaneo que se desencadenó en la Comunitat de Valencia, una reacción humana que reivindica el origen de toda agrupación política: la humanidad. En cualquier caso, todos los partidos, especialmente la ultraderecha, la más inhumana de las “ideologías”, intentarán no apoyar a los valencianos sino canalizar su enojo y su desesperación para llevar agua a sus molinos y pulverizar a sus adversarios en las urnas. De alguna manera VOX tratará de desconocer su proyecto en donde propone desaparecer la Agencia Estatal de Meteorología; y el PP y su subsidiario el PPCV, tratarán de justificar la incompetencia criminal del presidente de la Generalitat de Valencia.
0 Se viene la otra riada para España, igual de fatal y más intensa: la política. En cualquier desastre natural, los políticos intentarán pasar por heroicos y culpar al adversario. Son capaces de culparlos por soplar al unísono para desviar una corriente de aire frío y detenerla de alguna manera sobre el Mediterráneo caliente, justo en las costas españolas. La tradicional “gota fría” se intensificó en la DANA que, por obra humana, devastó Valencia y varias municipalidades. Lo mismo vimos en México luego de los desastres naturales en Guerrero, con la diferencia que acá nadie del pueblo arrojó lodo a don Andrés y a doña Claudia, ni les gritaron “¡Asesinos!”.
Ceterum censeo… Si la magistrada Edna Lorena Hernández habló en nombre de todos los juzgadores en rebelión, es urgente sacarlos a todos ellos del Poder Judicial, porque están viviendo en otro sistema político y social ajeno al mexicano. Es obvio que no entienden lo más básico de la Constitución Mexicana. Es verdad, los que votaron por Morena (tal vez quiso decir la 4T pero no lo dijo), no son todo el pueblo mexicano, pero sí son una parte de él, y son una mayoría de electores. Y en un sistema democrático las decisiones se toman de acuerdo a las mayorías electoras no demográficas. Negar la voluntad de esa mayoría electora es negar al propio sistema democrático y a la Constitución. No podemos tener un sistema judicial en donde los juzgadores no reconozcan a la democracia. ¿O también quieren (mal) interpretar la voluntad del pueblo?