Juan Celaya no tenía entre sus planes que su vida cambiara por completo este año. El clavadista mexicano pasó el ciclo de París 2024 prácticamente desapercibido, ya que desde el cuarto lugar de Tokio 2020, solo tuvo seis competencias antes de ganar la plata en la cita parisina junto a Osmar Olvera en el trampolín sincronizado, pero ahora que ya tiene los reflectores, el regiomontano desea estar presente en el podio durante los cuatro años que dura este ciclo rumbo a Los Ángeles 2028; informa MILENIO.
“Fue complicado el proceso, yo no sabía si iba a poder clasificar en los sincronizados; la decisión se dio después de que me dieron la oportunidad de ir a la Copa del Mundo en China, y luego se hizo un selectivo para ver quién era el más apto para ir con Osmar. Una vez que se dio, mi mentalidad cambió, ya no solo era clasificar a los Juegos Olímpicos, sino también subirnos al podio. En este ciclo ya no será un trabajo de un mes, sino de cuatro años, por lo que me veo compitiendo con Osmar en lo individual y sincronizados”, declaró Celaya.
Un ciclo efímero, pero productivo
Juan recibió en abril la oportunidad de subirse al trampolín de tres metros por primera vez con Osmar Olvera y el escenario fue la Súper Final de China donde ganaron la medalla de plata. Después compitió en la Copa de Canadá, certamen en el que obtuvo el bronce en individual y el oro en sincronizados, también con Osmar.
Antes de la Súper Final de China, Celaya tuvo otras tres participaciones en el ciclo, dos en el Mundial de Fukuoka 2023 y una en la edición de Doha 2024, donde sus actuaciones no fueron tan sobresalientes.
Después de Tokio 2020, Juan continuó sus estudios en la Universidad de Luisiana y fue hasta el 2023 cuando regresó a México para seguir con los entrenamientos a lado de la china Ma Jin. Así, Celaya vivió un ciclo con perfil bajo, pero nunca imaginó que en tan pocos meses ganaría una medalla olímpica, la cual le cambió la vida.
“Es complicado. Después de París 2024 todo ha sido fiesta, pero también me di cuenta que mi vida pasada ya no estaba, ya no soy el mismo de antes de los Juegos Olímpicos. Es diferente, son más retos, más responsabilidad y conforme a la marcha iremos analizando las cosas de qué se puede y qué no. A mí me gusta conducirme con un perfil bajo, pasar desapercibido por las calles, de repente sí paso desapercibido o en el avión me tapo la cabeza. A mí me gusta mucho salir a bailar, pero de repente ya me piden la foto. Ya hay un poquito de reflectores hacia mi persona, es parte de ser medallista olímpico y ser ejemplo de todo el país”, mencionó.
Ganarle a los chinos
Ahora Celaya tiene el mismo objetivo de Osmar, que es ganarle a los chinos en las próximas competencias internacionales de este ciclo, además de superarlos en los Juegos Olímpicos.
“La idea es ir sobre esa directriz, de ser mejores que los chinos, para eso tenemos a Ma Jin de nuestra parte. Siempre nos vamos por la perfección y siempre hay algo que mejorar y evolucionar”, precisó.
El medallista olímpico ya retomó los entrenamientos en las instalaciones del Centro Nacional de Alto Rendimiento, por lo que inició su camino rumbo al 2025, donde habrá Campeonato Mundial y espera que en este comienzo de la preparación su cuerpo no le pase factura.
“Es parte del proceso, del ciclo, no se puede estar siempre arriba. Me empezarán a doler todas las partes del cuerpo que ahorita no me están doliendo. Este mes comenzamos a retomar actividades en la alberca, haremos gimnasio para mantener la forma física”, mencionó.
Imagen portada: La Afición / Instagram @meme_celaya