Por José Jaime Ruiz
En el G20 se encuentran dos visiones de mundo: la del neoliberalismo y la del postneoliberalismo; frente al modelo neoliberal de rapiña, coloniaje y extractivismo, el modelo humanista de prosperidad compartida; frente a la visión provinciana de Donald Trump, la visión global de Luiz Inácio Lula da Silva y Claudia Sheinbaum Pardo; inclusión contra exclusión; cooperación, nunca sujeción; frente a la “mano invisible” del mercado, las visibles manos de la solidaridad y el combate a la desigualdad; ante la decadencia de las sociedades de “primer mundo”, como la de los Estados Unidos, la emergencia de nuevas sociedades.
Lula da Silva fue claro: “Los gobiernos deben romper con la disonancia cada vez mayor entre la voz de los mercados y la voz de las calles”. Y, el “neoliberalismo ha empeorado la desigualdad económica y política que hoy azota a las democracias”. La Cuarta Transformación de la vida pública de México, que inició con Andrés Manuel López Obrador, suscribe en los hechos las palabras del presidente de Brasil. El Segundo Piso de la Cuarta Transformación profundiza el cambio de régimen con un nuevo modelo de bienestar, el de la prosperidad compartida, y con una defensa gubernamental y social de los derechos de las mujeres. Sheinbaum y Lula coinciden en priorizar un nuevo humanismo bajo la relevancia, en este encuentro, del combate contra la pobreza y el hambre, los derechos de los migrantes y el cambio climático.
La urgente reconstrucción económica y social, los grandes relatos revisitados –libertad, igualdad, fraternidad– que la posmodernidad y el fin de la historia quisieron cancelar (Lyotard, 1986; Fukuyama, 1992). El liberalismo occidental impulsado por Estados Unidos no se impuso ni económica (China) ni militarmente (Rusia) en el mundo. Las nuevas potencias económicas, Brasil y México en nuestro caso latinoamericano, edifican un nuevo paradigma ajeno al paradigma neoliberal del individualismo y la especulación como mayor antivalor, un paradigma poscolonial, trascendiendo el eurocentrismo, que incluye a EU, cuyos ejes son el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado (De Sousa Santos, 2022).
El nuevo humanismo de Sheinbaum y Lula con otro paradigma para un ser humano solidario, económicamente próspero (The Berlin Summit Declaration), menos desigual, espiritualmente fraterno y libre cuyo objetivo es la revolución de la vida cotidiana (Heller, 1969) y la emancipación contra la alienación, incluso la algorítmica de Elon Musk y la llamada civilización del espectáculo. El imperio bananero (Trump) y sus sucursales (Milei) tendrán que reconocer esta nueva realidad o quedarse rezagados por el gran cambio encabezado por Brasil y México que empieza a ser replicado ideológica y políticamente en España, Inglaterra y Francia. En Río de Janeiro se confrontan dos visiones del mundo, la del neoliberalismo y la del nuevo humanismo transformador.