Por Andrés Mijes
La 4T Norteña nace de la audaz combinación del compromiso humanista de compartir la prosperidad señalado por Andrés Manuel López Obrador y la doctora Claudia Sheinbaum Pardo con el espíritu emprendedor y esforzado que caracteriza al Norte de México y especialmente a Nuevo León.
La 4T Norteña sabe que la clave de una sociedad justa es compartir la prosperidad, pero una sociedad justa únicamente es sostenible en el largo plazo si crea más prosperidad, si la prosperidad crece.
Por esa razón, la 4T Norteña apuesta a crear las fuentes de recursos y de ingresos que van a permitir financiar los apoyos sociales, becas, pensiones, inversiones en infraestructura pública, educación, salud y seguridad de todos y para todos.
Para que siempre se pueda atender primero a los pobres, como dictan los valores de la 4T nacional, la 4T Norteña propone que se debe garantizar el generar y administrar bien los recursos que hagan realidad el bienestar.
Darle la mano al que menos tiene, exige darle otra mano al emprendedor, al inversionista, a la instalación de industria, la creación de empleo y la expansión de la economía.
El éxito económico y empresarial van de la mano del bienestar social y lo que comunica a esos dos lados de la moneda es el tejido social.
La 4T Norteña cree que las sociedades que funcionan y tienen bienestar son las que tienen un tejido social (social fabric) robusto y sano, y es responsabilidad de un gobierno profesional, que administre bien y sí dé resultados al asegurar que el tejido social sea fuerte y se esté renovando constantemente.
Un gobierno que sí da resultados es la aguja con la que se teje el tejido social, pues permite que, a través de impuestos justos, trámites ágiles, atención profesional y la garantía de seguridad pública efectiva, sí llegue la inversión a una comunidad, se creen empleos y crezca la economía y con esos recursos pueda atenderse al último de la fila del bienestar.
Cuando la gente, el pueblo, la ciudadanía ve que todo está entrelazado, entretejido, cada uno hace su parte sin importar su condición económica o social.
El emprendedor invierte, paga sus servicios e impuestos porque sabe que está llegando a una comunidad que lo aprecia y valora. La comunidad, por su parte, cuando ve que la prosperidad de nuevos centros comerciales, fábricas y negocios de verdad le beneficia con empleos bien pagados, buenas vialidades pavimentadas, luminarias en las calles, servicios de colecta de basura, becas a los jóvenes, apoyos sociales, apoyos a la mujer, pensiones y una policía bien equipada y entrenada, sí se suma a la idea de una comunidad que se cuida a sí misma.
Al gobierno, especialmente al gobierno a nivel municipal, el gobierno que está en contacto con el pueblo, el gobierno que es el propio pueblo -los propios vecinos gobernándose- le toca hacer su tarea para que la sociedad se abrace a sí misma.
Que la comunidad perciba con hechos reales que el bienestar de uno permite el bienestar de todos, es la tarea de un gobierno que se convierte en el canal que asegura que nadie se quede atrás.
Compartir la prosperidad es eso: que todos vean que la prosperidad requiere un círculo virtuoso, de un gran abrazo social, donde la familia trabajadora se siente arropada por su gobierno y los servicios y apoyos que su gobierno le da, y sabe que esos servicios se pagan de los impuestos inteligentes, progresivos y transparentes con los que todos contribuyen, especialmente los que más tienen.
En ese mismo ánimo, en la 4T Norteña los empresarios saben que su contribución, empeño y trabajo es apreciado por la comunidad y por tanto contarán con el apoyo del gobierno y de toda la ciudadanía para seguir haciendo crecer la economía.
Eso es un verdadero abrazo social, eso es crear tejido social, es que la punta de un hilo sepa que la otra punta es también importante y parte de la misma hebra.
El planteamiento de la 4T Norteña no es ocurrencia ni improvisación, acumula la experiencia de gobierno real en la Zona Metropolitana de Monterrey, en el municipio de General Escobedo y el aprendizaje de la visión de gobierno de la 4T que ha probado ser políticamente imbatible.
Además, la 4T Norteña tiene raíces teóricas y académicas de primera línea, siguiendo las aportaciones sobre la Teoría de la Justicia de John Rawls y sobre el desarrollo y la importancia del capital social de Robert Putman, académicos de Princeton, Oxford y Harvard, ambos de la tradición liberal, como liberal es hoy el gobierno de México, como liberal fue el gobierno de Benito Juárez.
John Rawls propone que la verdadera justicia en una sociedad se construye si las decisiones que toma su gobierno siempre tienen muy claro que deben beneficiar al último de la fila, que siempre se debe garantizar que las acciones concretas de gobernar mejoren la base de bienestar de la sociedad.
La 4T Norteña cree en esa versión de la justicia social, una que dice que se debe impulsar la libre empresa, el crecimiento, la urbanización, la creación de infraestructura, el estado de derecho, la seguridad y la salud teniendo siempre en cuenta que los beneficios de esas decisiones le lleguen a quienes más lo necesitan en primer lugar y desde ahí le lleguen a todos los demás.
Asegurar un mínimo de bienestar colectivo es el cimiento de una justicia que traiga armonía, seguridad y más prosperidad que traiga más armonía. Ahí es donde la 4T Norteña es al mismo tiempo emprendedora y solidaria, es socialmente responsable y ejecutiva, cree en una policía fuerte y también en la fuerza contra los delincuentes que nace de atender las necesidades más profundas de la comunidad.
La 4T Norteña es fomento económico moderno, un gobierno fuerte y eficiente para con esos dos elementos hacer posible una prosperidad compartida, duradera y sostenible.
Por otra parte, el mismo John Rawls también dice que en las sociedades modernas la verdadera expresión de solidaridad se da a través de los impuestos y el buen uso de ellos.
A través de impuestos justos y al mismo tiempo pro-empresariales, impuestos que, si le lleguen a la gente al momento de decidir el gasto e inversión pública, aseguramos que la sociedad tenga una sensación de justicia en el crecimiento económico. Que todos se sientan y sepan ganadores del desarrollo, no sólo unos cuantos.
Por ejemplo, el impuesto predial que una empresa paga al instalar un centro comercial genera los recursos con los que se paga el trabajo de la policía, la recolección de basura y apoyos sociales. Si el gobierno le demuestra y deja claro eso a la sociedad esa relación entre la instalación de una empresa y el bienestar de todos, las cosas funcionan, la economía crece y la comunidad se transforma para bien.
Si la llegada de una nueva empresa paga las pensiones de la policía, la pavimentación de una calle en una colonia popular o los apoyos a los jóvenes, entonces la percepción sobre esa empresa cambia y lo hace para bien. La empresa se vuelve valiosa no sólo como negocio, sino como parte de la comunidad. Esos son los objetivos de la 4T Norteña.
Así que una sociedad solidaria es también una sociedad que demanda buena administración pública, una administración que le dé confianza a la sociedad sobre cómo se entrelaza todo y cómo todos somos parte del mismo esfuerzo y del mismo abrazo social.
Para concluir, sumo a la idea vital de la 4T Norteña -la 4T de General Escobedo- la idea de capital y tejido social, el concepto de una comunidad en la que -insisto- el bienestar de uno es el bienestar de todos.
Robert Putman nos mostró que la fuerza de una comunidad, su resiliencia, su capacidad de prosperar, depende de la interacción positiva que exista entre sus miembros, de la noción que de todos somos parte de un mismo todo, de un mismo organismo.
Compartir la prosperidad crea tejido social, compartir la prosperidad crea comunidad, compartir la prosperidad permite que se hilen puentes entre los distintos miembros, estratos y grupos de una sociedad.
Cuando en una sociedad hay puentes que nos vinculan a todos, la sociedad funciona, es segura, armoniosa y puede crear más prosperidad que a su vez reinicia todo el ciclo virtuoso.
Eso es la 4T Norteña, es abrazar a la comunidad entera para que todos entendamos el rol que nos toca jugar y lo juguemos seguros de que a todos nos va a llegar el bienestar que nos corresponde y que el gobierno será garante de esa realidad.
Esa es la visión de gobierno que estamos impulsando en el municipio de General Escobedo, Capital de la Transformación en todo Nuevo León.