Por José Jaime Ruiz
La 4T será feminista o no será, publiqué esta frase el día 20 de febrero de 2020. Tuvo que pasar el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador para que el Segundo Piso de la Cuarta Transformación sentara las bases constitucionales para que la frase tuviera sentido. El futuro nos alcanzó, con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo la 4T es feminista. La diferencia es sustantiva, tangible, cotidiana, AMLO optó por una cartilla moral (Alfonso Reyes) como elemento pedagógico en contra de la corrupción y Sheinbaum Pardo una cartilla de derechos de las mujeres, la Cartilla Feminista.
En sentido estricto, hay que volver anormal la “normalidad”: “Esta campaña de concientización, en donde conductas que parecen normal, como decirle a una mujer: ‘calladita te ves más bonita’, pues son en realidad acciones violentas o decirle a una mujer: ‘tú no puedes’ o a una niña: ‘tú no puedes ser ingeniera’, parece una costumbre, pues no, no es costumbre es una forma de violencia el no permitir que las niñas puedan cumplir sus sueños”, señaló en la conferencia de las Mañaneras del Pueblo.
“Frente a cualquier feminicidio, cero impunidad, frente a la violencia sexual contra una mujer, cero impunidad”, manifestó en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
“Llamo pedagogías de la crueldad a todos los actos y prácticas que enseñan, habitúan y programan a los sujetos a transmutar lo vivo y su vitalidad en cosas (…) Naturalmente, las relaciones de género y el patriarcado juegan un papel relevante como escena prototípica de este tiempo. La masculinidad está más disponible para la crueldad porque la socialización y entrenamiento para la vida del sujeto que deberá cargar el fardo de la masculinidad lo obliga a desarrollar una afinidad significativa –en una escala de tiempo de gran profundidad histórica– entre masculinidad y guerra, entre masculinidad y crueldad, entre masculinidad y distanciamiento, entre masculinidad y baja empatía. Las mujeres somos empujadas al papel de objeto, disponible y desechable, ya que la organización corporativa de la masculinidad conduce a los hombres a la obediencia incondicional hacia sus pares –y también opresores–, y encuentra en aquéllas las víctimas a mano para dar paso a la cadena ejemplarizante de mandos y expropiaciones” (Segato Rita, 2018).
Citlalli Hernández es idónea para dirigir la Secretaría de las Mujeres por su lucha por las causas feministas y de la diversidad sexual, es fundadora de la Internacional Feminista en cuyos principios se encuentra “promover la pluralidad, la colectividad, la rendición de cuentas y la transparencia de las políticas públicas con enfoque de género”. Para Marta Lamas, Hernández “Es una buena operadora, está metida en el ajo y eso le da una fuerza simbólica. Es un buen mensaje político”. Más que simbólico, el trabajo de Citlalli será cotidiano, operativo porque es tiempo de mujeres y es tiempo de mujeres sin violencia.