Por Efrén Vázquez Esquivel
No sin el lastre de los prejuicios que siempre van por delante, para Roberto Gargarella, prestigioso jurista argentino, “la reforma judicial es preocupante e indignante, por lo que debe ser analizada y sujeta al escrutinio”; a no ser “que el poder político pueda probar que ha tomado esa decisión respondiendo a valores irreprochables y necesidades urgentes”.
Respondo al profesor Gargarella: ¿Que dentro del PJF se haya constituido un núcleo de poder contra el gobierno de la 4T, aliado al PRIAN y a los poderes fácticos, encabezado por ciertos ministros y ministras de la SCJN, hechos que pueden ser probados, es o no es algo que responde a valores irreprochables y necesidades urgentes del país?
Admito que los prejuicios de Gargarella pudieran confirmarse y que, a la postre, la nueva Corte de Justicia termine siendo sometida al Poder Ejecutivo, como ha sido en el pasado, lo que sería muy lamentable.
Pero, por otro lado, también debe considerarse para el análisis el desafío de los políticos togados de la SCJN, que no solo han permitido la corrupción judicial en todas sus formas de expresión, sino que, además, han intentado imponer a los mexicanos un gobierno de jueces.
En un gobierno democrático constitucional de derecho, el Poder Judicial también debe estar sujeto al sistema de pesos y contrapesos. A partir de este supuesto es inadmisible tanto la tiranía de un gobierno de jueces como el estrangulamiento del Poder Judicial por el Poder Ejecutivo y la mayoría parlamentaria.
Para no caer en esos extremos hay que enfocar el pensamiento crítico hacia ver cuál podría ser la mejor manera de reestructurar la ingeniería constitucional, para que funcione el sistema de pesos y contrapesos; y en segundo, a debatir el problema de cómo seleccionar y formar nuestros jueces.
Esto exigiría un nuevo tribunal de la Constitución que no sea parte del sistema ordinario de justicia, integrado, entre otras consideraciones, por representantes de las diferentes fuerzas políticas y estratos sociales. Creo que en esto estaría de acuerdo Gargarella.