Por José Jaime Ruiz
Pésimos días para el “periodismo” que no se atreve a decir su nombre: periodismo de ficción, fake news, montajes, entrevistas convertidas en interrogatorios, misoginia, alucines. Los súbitos de Felipe VI, como el narcocarnicero Felipe Calderón, hablando de conciliación; el cínico padre del neoliberalismo en México, Carlos Salinas de Gortari, después de su monumental saqueo, llorando por la pensión perdida y Ciro Gómez Leyva, iracundo, acusando sin pruebas a Epigmenio Ibarra. Y acá la enloquecida Anabel Hernández quien, desde sus delirantes dendritas, DEAmbula entre acusaciones irracionales. Cada vez más chiquitos, ya no influyen con sus comentarios, pero a ellos poco les importa reputación y hoja de vida, su espuma bucal sólo consigna la divisa de Raymundo Riva Palacio: la verdad es irrelevante.