“Nunca voy a estar acostumbrado a la fama, pero en Mozambique esta relación es así, permanente, sobre todo en mi ciudad, Maputo. Las personas me quieren parar, yo me convierto en algo que no quiero, que no me gusta, no quiero ser un pop star, pero es algo con lo que he aprendido a convivir”, dijo António Emílio Leite Couto, Mia Couto (Mozambique, 1955). Y es que, tras ganar el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2024 que entrega la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Couto no ha parado de asistir a diversos actos y dar entrevistas. “No quiero tener fans, quiero tener amigos y lectores; lo que importa es el libro, no yo”, agregó el autor en entrevista con MILENIO.
Pese a estar contento por el premio y su estancia en México, Mia Couto se ve preocupado, quiere cancelar otras charlas en puerta, porque en estos momentos, en Mozambique, hay versiones de un golpe de Estado y quiere llamar a su familia que se encuentra allá. “No puedo estar tranquilo porque mi casa está en un momento terrible. Hay una situación muy difícil en Mozambique, una especie de guerra casi urbana, un golpe de Estado. Por eso quiero marcar a Maputo para saber qué podemos hacer, llamar a mi familia. Siempre hay que pensar en la paz, pero hay quien quiere que a través de la violencia se llegue al poder y no a través de la paz. La literatura puede ayudar si no cede a esa tentación de demonizar, de diabolizar al otro; es decir, entender que el otro, que parece ser el enemigo, como el contrincante, está más cerca de mí de lo que yo pensaba, y no llegar a deshumanizarlo, ver al otro, para poder sentarnos y encontrar con él algo en común”.
El libro más reciente del escritor es El mapeador de ausencias (Alfaguara), novela con detalles autobiográficos en el que narra la historia de Diogo Santiago, un intelectual mozambiqueño que regresa tras años de ausencia a Beira, su ciudad natal, para reencontrarse con su pasado, que incluye momentos dolorosos en los que la poesía se inserta en el relato de una manera prodigiosa. “No puedo escribir de otra manera. Vengo de la poesía, mi primer libro es de poemas y entendí, percibí en aquel momento, que esa era mi casa, y cuando estoy en la prosa yo voy de visita, pero vivo en casa de la poesía”.
Mia Couto dijo que El mapeador de ausencias es el libro en el que está más presente. “Es quizás el libro más autobiográfico que tengo, y solo quería usarlo como pretexto para llegar a otro mundo. No quiero hablar de mí, quiero hablar de ese otro mundo que estaba oculto en mi infancia. Sabía que estaba allí, pero no percibí lo que era”.
Para el poeta y narrador, no fue difícil volver al pasado; de hecho, piensa que hay varios pasados en su vida. “Tengo una memoria mala porque no sé exactamente lo que sucedió. Sé que existen varios pasados en mi vida y que la mayor parte de ellos no son verdaderos; la mayor parte es una mentira. Es como contar un sueño y que en alguna medida lo estoy rescribiendo, pero era importante regresar a la historia de mi familia para entender lo que había pasado y eso de alguna manera representó liberarme”.
Mia Couto charla en portugués, mira directamente a los ojos y relata detalles de Mozambique y de la magia que tiene para él. “En la novela quería mostrar que del pasado de los pasados hay muchas versiones, que no hay una sola, y quise hacer esa indagación. Tengo que perder el miedo a perder el suelo, a no saber dónde pisar, perder el miedo a no tener ciertas certezas y, en ese sentido, sí, ser crítico, primero de mí mismo y de ese temor a no tener certezas”.
Además, Couto habló de su admiración por Juan Rulfo y de la manera en la que influyó en su obra. “Fue una influencia importante por esos lenguajes que transportan y la idea de los tiempos que cohabitan, de que no existe una frontera entre la muerte y la vida, donde se mezclan el presente y el pasado”.
António Emílio Leite Couto, Mia Couto, pidió a los lectores estar abiertos. “Es importante estar disponible, estar abierto para descubrir todas las sabidurías antiguas de África, que fueron modernizadas, pero tienen cosas por decir, importantes para este momento del mundo”.
Imagen portada: Ariel Ojeda / MILENIO