A tres años del hallazgo de las primeras minas antipersonales de fabricación artesanal, los grupos criminales se han especializado en crear artefactos explosivos más potentes y mortales; informó MILENIO.
A mediados del 2021, MILENIO reportó que las autodefensas de Tepalcatepec, Michoacán, encontraron unos tubos de plásticos galvanizados. No sabían que tenían frente a sus ojos una bomba de fabricación casera, empleada como mina terrestre.
De inmediato, las autodefensas informaron del hallazgo al Ejército mexicano. Tras analizar el artefacto, se llegó a la conclusión de que en su interior había pólvora con fragmentos de metal que cumplían la función de esquirlas.
La bomba casera era colocada a un costado de los caminos de terracería. El detonador estaba sujeto con un alambre de acero que al mínimo contacto hacía explosión.
Nuevos ataques con minas artesanales
Apenas esta semana, cuatro militares murieron en dos hechos diferentes en los que detonaron minas terrestres.
El lunes, en el municipio de Cotija, Michoacán, militares que realizaban patrullajes pisaron un artefacto explosivo artesanal. Dos murieron y cinco resultaron lesionados.
Este miércoles, otro artefacto enterrado en un camino detonó ante soldados, también en Michoacán, pero en el municipio de Buenavista, con un saldo de dos efectivos muertos.
Este tipo de agresiones al personal militar también se han registrado en el estado de Jalisco donde en enero de este año, en el municipio de Santa María del Oro, un militar perdió la vida y dos más sufrieron amputaciones gracias a una mina.
En un video hecho público en redes sociales se aprecia el momento del estallido, y cómo los militares salen volando por el aire.
El estruendo de esta última bomba dejó al descubierto la evolución de los artefactos. Tras un análisis, las autoridades concluyeron que, si bien los artefactos explosivos aún son de fabricación artesanal, su construcción ya es distinta a las encontradas en 2021.
Explosiones más letales
Los criminales cambiaron los tubos de plásticos por tubos de metal con rayado para provocar más esquirlas al momento de la explosión.
También se descubrió que los nuevos artefactos tenían más carga de pólvora y fragmentos de metal para incrementar su letalidad.
Para el mes de marzo, los militares nuevamente fueron objeto de una agresión, ahora en Michoacán. En una brecha que conecta a los municipios de Tepalcatepec y Coalcomán, estalló una mina artesanal con saldo de cuatro militares muertos.
Sin embargo, el evento que marcó un parteaguas ocurrió en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, cuando una mina no confeccionada de forma artesanal estalló matando a seis elementos de la Fiscalía del Estado, que se encontraban realizando trabajos de búsqueda de restos en una posible fosa clandestina.
De acuerdo con fuentes del gobierno de Jalisco, el artefacto que estalló en Tlajomulco no era de fabricación casera.
Fue descrito como un objeto redondo y metálico, que se presume fue diseñado y confeccionado por alguna empresa dedicada a la fabricación de armas y minas.
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