Por Félix Cortés Camarillo
Estábamos muy ocupados este fin de semana que acaba de acabar, en las luchas internas de los capitostes nacionales de Morena, o la permanente pugna entre el gobernador mentiroso de Nuevo León y el inhábil Congreso local de ese estado, que ni cuenta nos dimos de un gol, que entró mero enmedio de los postes del segundo piso del cuatrote.
Una comisión tripartita para resolver controversias dentro del TMEC (comisión valedera desde la concepción de lo que hace más de treinta años nació como TLCAN), luego de largos análisis sobre las restricciones al cultivo y uso del maíz transgénico por parte de Lopitos, determinó:”las medidas de México no se basan en la ciencia y socavan el acceso al mercado que México acordó proporcionar en el TMEC”.
¡Sopas! Con el debutante presidente Trump y nosotros genuflectos debe revisarse, en el peor de los casos renegociarse, el tratado de libre comercio que ha beneficiado a los tres países, sin discusión.
Ese mercado a que se refiere la comisión, no es baba de perico. México es el segundo importador de granos en el mundo, para que lo sepa, después de China.Para los sgricultores norteamericanos la venta de máiz a los de abajo en el 2023 fue un negocio de cinco mil millones de dólares. Las cuentas en octubre de 2024 ya andaban rascándole la pancita a esa cifra: serán mayores. Mayor será la presión de los agricultores gringos sobre su pelipintado presidente para que nos joda a la hora de ver el TMEC. Ganas no le faltan.
Pero, como dice nuestro Himno Nacional, un soldado en cada presidente te dio: al acusar recibo del dictamen que nos descalifica (un dictamen de una comisión del TMEC) va a ser combatido y, eventualmente revertido, por las decisiones del Congreso de México. Ay les encargo, compañeros diputados y senadores.
Es que no nos cuentan la telenovela completa que le dejó Lopitos a su heredera.
El maíz que nos venden los gringos por los cinco mil millones y etcétera que les dije, es mayormente maíz blanco y transgénico para uso industrial, y que fue cultivado en cañas resistentes al glifosato, que es el herbicida más usado en todo el mundo.
Por decretos de 2019 y 2023, en México no se puede sembrar máiz transgénico, ni usarlo para hacer nuestras benditas tortillas, ni importar glifosato. Ya se sabe que cuando un gobernante no puede resolver inteligentemente un problema, emite un decreto. O le pide a sus legisladores que agarren un pleito con el país del poder, nuestro principal cliente, socio, dizque amigo y además, eso sí, vecino. El Congreso de la Unión le va a decir a Trump a cómo amaneció el cartón de huevos.
Sin maíz, no hay país, sacó de su ronco pecho la señora presidente. Yo le digo que sin país no habrá maíz, ni frijol, ni azúcar, ni leche, ni aceite, ni arroz…..
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no me dejan entrar sin tapabocas): a diferencia de la señora presidente, yo soy abuelo viejo. Otto, el primero de mis nietos, ya debe ser treintañero,hace mucho que no lo veo; Edgar, el más reciente, va a cumplir un año. Lo digo porque la mayoría de los que recuerdan el “error de diciembre” asumen que serán sus nietos los que terminen de pagar el cuentón que la borrachera de poder de Zedillo se llama FOBAPROA. Deseo que mis tataratnietos no tengan esa deuda encima. Se acaban de cumplir TREINTA AÑOS del error de diciembre. Que no se les olvide.