El cáncer de cabeza y cuello es el séptimo cáncer más común en todo el mundo. Las tasas no han logrado reducirse, por el contrario: siguen aumentando en los países de ingresos bajos y medios, según datos de un estudio reciente; señala MILENIO.
Algunos expertos han comenzado a analizar cómo algunos alimentos y bebidas podrían ser un factor a favor o en contra de la formación de células cancerígenas. Una investigación reciente publicada en la revista Cancer Research ha arrojado luz sobre el potencial de los hábitos de consumo de té y café para reducir el riesgo de padecer esta afección.
Para ello, se analizaron datos de casi 10 mil casos de cáncer de cabeza y cuello y cerca de 15 mil controles sanos. Los resultados mostraron que beber más de cuatro tazas de café con cafeína al día estaba asociado con una reducción del riesgo de cáncer de cabeza y cuello en general, así como de cáncer de cavidad oral y orofaríngeo.
Incluso el consumo de tres a cuatro tazas de café diariamente se asoció con una disminución del riesgo de cáncer de hipofaringe. Un efecto parecido se detectó con el té.
Dados los resultados, los autores del estudio consideran que el consumo regular de café y té podría tener efectos protectores contra ciertos tipos de cáncer.
Sin embargo, advierten que aún se necesitan más investigaciones para confirmar los hallazgos, ya que, los datos se recabaron principalmente en América del Norte y Europa, por lo que se desconocen si América del Sur, África y Asia experimentan la misma tendencia, tomando en cuenta que los hábitos de consumo son distintos.
«Se deben realizar estudios adicionales para evaluar los efectos del consumo de café y té en regiones más allá de América del Norte y Europa, especialmente en países de ingresos bajos y medios con una alta incidencia de cáncer cervicouterino», se lee en el estudio.
Los autores de la investigación consideran que otro factor que aún se necesita explorar es el tipo y procesamiento de café y té, ya que estos podrían influir en el riesgo. Las preguntas del estudio tampoco incluyeron detalles sobre la duración del consumo de ambas bebidas, las concentraciones, los tipos o la temperatura.
En cuanto al té, los autores detallaron que no tuvo suficiente información para comparar aquellos que contenían cafeína, hierbas o eran descafeinados. Los tés con cafeína como el té verde, el negro y el oolong provienen de la planta Camellia sinensis, mientras que los tés de hierbas provienen de otras plantas. Lo que podría repercutir en los beneficios que aportan.
Imagen portada: Melanie Torres / MILENIO