Por José Jaime Ruiz
El neoliberalismo es especulativo o no es. Así en sus políticas neocoloniales en la época de Donald Trump: especulación, incertidumbre, nerviosismo; quienes caen en ese garlito, pierden. Nunca hay que sobredimensionar las actitudes del golfo, en días, de la Casa Blanca porque, como Justin Trudeau, se pierde piso y carrera política. Renombrando la obra de teatro de Edward Albee, pregunto: Who’s Afraid of Donald Trump? A las comedias negras hay que tomarlas con mirada irónica y patear el bote de las ocurrencias: reírse.
Risa, sonrisa y sarcasmo, porque el sarcasmo es un insulto mejorado (Carlyle). La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sonríe, ríe: “¿Por qué no le llamamos América Mexicana (a Estados Unidos)? Se oye bonito”, al responder a Trump sobre su idea de cambiar al nombre del Golfo de México por Golfo de América. Claudia fue más allá, vapuleó a Donald en su percepción de que a México lo dirigen los cárteles de la droga: “Yo creo que ayer le mal informaron, con todo respeto al presidente Trump, porque le informaron que en México todavía gobernaban Felipe Calderón y García Luna; pero no, en México gobierna el pueblo”. Doctoral, Sheinbaum exhibe en su ignorancia a Trump.
Una larga y patética conferencia del tunante norteamericano, la torpeza de quien quiere regresar la grandeza a los Estados Unidos. El modelo imperial sigue en decadencia y sus pataleos se pretenden coletazos. La riqueza mineral de Groenlandia en la mira; la sujeción de Canadá, también. La competencia desleal con China adjudicándose el Canal de Panamá y violando su autodeterminación y soberanía. Los aliados del Imperio, genocidas (Israel), golpistas (Corea del Sur); intervenidos por Elon Musk (Reino Unido, Alemania). Su hegemonía militar, en entredicho (Rusia, China, Corea del Norte); sus acuerdos, rotos (Dinamarca-OTAN).
Hay contención a la voracidad del mercado en los sistemas de salud de Canadá y Dinamarca y ese modelo les iría bien a los ciudadanos gringos que perviven en una sociedad decadente. La regresión imperialista no cabe en el planeta, otros son los modelos de desarrollo y de convivencia, lo ha demostrado el capitalismo sin democracia chino. La vía mexicana se plantea el humanismo como paradigma de desarrollo social y el desarrollo económico con crecimiento, pero sobre todo con integración. Primero los ricos, no; primero los pobres sí, por eso la prosperidad compartida.
El neoliberalismo entrampó su ruta de salida, el neocolonialismo, clausurado. En cambio, el humanismo mexicano no sólo es una opción, en primera instancia, para Latinoamérica, también para Europa, EU y Canadá. Prosperidad compartida; The Berlin Summit Declaration, por ejemplo. ¿Quién quiere vivir en un modelo decadente, deshabitado del Ser, hipotecado y endeudado social y gubernamentalmente? ¿Quién le teme a Donald Trump? América mexicana, ¿por qué no?
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)
