Ante el banderazo oficial del programa nacional «Sí al desarme, sí a la paz», decenas de personas se dieron cita en la Basílica de Guadalupe para canjear armas, municiones y hasta juguetes bélicos, por apoyos económicos; informó MILENIO.
La población se dio cita hasta dos horas antes del evento encabezado por la presidenta, Claudia Sheinbaum, que inició en punto de las 11:00 horas, para poder cumplir con el llamado de la mandataria.
Luego de dicho evento, la titular del Ejecutivo federal realizó una supervisión de las actividades del módulo, divididas en dos carpas.
En primera instancia, recorrió el canje de juguetes bélicos por educativos, donde dos pequeños realizaron el cambio de su respectivo juguete.
Posteriormente, la mandataria federal recorrió la zona donde se realizó el primer cambio de un arma por apoyo económico, mismo objeto bélico que se destruyó en su presencia.
Uriel ―que fue de las primeras personas en pasar a realizar el proceso― acudió con su hija desde dos horas antes del evento y canjeó un par de pistolas de gas; su hija llevó una pistola de juguete, que cambió por otro.
Andrés, quien acudió con un revólver postrándola sobre una mochila verde para canjearla, detalló que dicho artefacto fue adquirido por su familia para “protección”, sin embargo, en este punto decidieron “deshacerse de esa responsabilidad”.
“Mira esta arma tiene casi 40 años en mi familia, la adquirieron con la finalidad de tener un medio de protección familiar, afortunadamente nunca, es un arma que jamás fue usada y ahora en un entorno completamente diferente, consideramos que es necesario deshacernos de esta responsabilidad”, declaró.
Manuel, quien también acudió con un revólver, expuso que decidió donar el arma para “darle una educación más positiva” a sus hijos.
“Yo creo que hay algo positivo, una forma creo que el poder cambiar este pensamiento (…) creo que este es un granito de arena el poder cambiar también el pensamiento de los jóvenes, que de alguna forma ya los estamos contagiando demasiado, darle esa muestra, el hecho de tener un arma en casa no es lo más seguro, lo más seguro es darle una educación positiva a nuestros hijos”, dijo.
El señor Cuauhtémoc llegó hasta las inmediaciones de la Basílica con un rifle antiguo, el cual, dijo, tuvo que esconder bien en el metro de la Ciudad de México para pasar desapercibido y poder sumarse a la campaña un artefacto, que, señaló, llevaba 40 años en su familia, desde su abuelo.
Esto mientras algunos de los otros asistentes optaron por el anonimato al reclamar: “la Presidenta prometió que el canje sería anónimo”.
La señora Francisca Hernández, quien llevó a sus dos nietos a canjear sus juguetes bélicos, cargó un carro a control remoto y un juego didáctico del sistema solar en cambio, afirmó que es mejor que sus nietos jueguen con entretenimiento didáctico que con pistolas.
“Apenas falleció mi nuera y no quiero el ejemplo de las pistolas para ellos, pero mis niños son muy buenos niños (…) es mejor un juguete así, la pistola no.
“Este programa que hace el gobierno muy bien”, declaró.
Imagen portada: Octavio Hoyos / MILENIO
