Por Ernesto Ángeles
El 2025 no sólo promete ser un año complejo y dinámico en materia de política y economía, sino también en temas de tecnología, ya que elementos como la completa politización del mercado tecnológico, el dinamismo y ritmo de innovación, así como la maduración e introducción de tecnología como la Inteligencia Artificial en hogares y centros de trabajo va a tener consecuencias cada vez más visibles para la población, lo que se podría traducir tanto en oportunidades como en problemas de diverso orden y magnitud conforme la tecnología retroalimente fenómenos complejos.
Y así como en artículos pasados, el objetivo de este escrito es analizar y plantear los posibles escenarios y tópicos relevantes para este 2025, ahora en materia tecnológica.
Empezamos con el tema más próximo a suceder: la posible partida de la red social TikTok de Estados Unidos. Y es que este fin de semana se terminará el plazo que tiene la empresa para decidir si vender su negocio en Estados Unidos o abandonar el mercado. Es difícil decir si la empresa se venderá o no, ya que en torno a esto existen diferentes especulaciones: que según Elon Musk quería comprarla, luego supuestamente el influencer Mr. Beast; sin embargo, parece poco factible que la empresa acceda a vender, ya que el algoritmo vale más a nivel mundial que el acceso al mercado estadounidense, por lo que si no se llega a algún acuerdo que no requiera la cesión de propiedad intelectual no habrá trato y la red social se irá de Estados Unidos.
¿Y qué significaría que la empresa abandone el mercado norteamericano? A nivel interno la salida de Tiktok podría ser gradual o rápida, todo depende de qué instancias decidan actuar y como, esto incluye que la app sea prohibida de las tiendas de aplicaciones y sólo pueda descargarse vía terceros o que Oracle, empresa que le brinda servicio de infraestructura a TikTok en Estados Unidos, decida terminar el servicio, lo que significaría la salida rápida y forzada; sea como sea, la salida de TikTok va a traer problemas económicos para pequeñas y medianas empresas, así como a personas creadoras de contenido, mientras que representará un gran negocio para otras apps como YouTube, Instagram o X. A nivel internacional es probable que la medida sea adoptada por otros países y se busque extender vía diplomacia o coerción de parte de EUA.
Y hablando de redes sociales, es probable que continúe el proceso de degradación de espacios digitales en redes sociales como ha pasado con X, esto implica un caos controlado en donde no sólo se permitirá la promoción de agendas que contravienen el orden democrático por medio de violencia digital y desinformación, sino que los CEO de las empresas tomarán un rol político más abierto y participativo, sobre todo para posicionar sus productos e intereses a nivel nacional e internacional, especialmente la promoción tecnológica y la no regulación, al menos los grandes competidores, quedando espacios como Bluesky o Mastodon, los cuales están en proceso de crecimiento y no pueden permitirse el comportamiento de los otros actores.
El caos en redes sociales engendrará a su vez más inseguridad digital, ya que el relajamiento de ciertas medidas se sumará a un aumento en el uso de tecnologías como la IA generativa y la no regulación, esto encumbrará y aumentará la inseguridad, especialmente del tipo de desinformación y otras estafas digitales; es ahí donde las criptomonedas encontrarán una fuente constante de ingresos.
Sin embargo, la fuente más grande de crecimiento del mercado de las criptomonedas en 2025 podría venir del ímpetu político, ya que es posible que la dupla Musk-Trump no sólo busque que Estados Unidos se posicione como un tenedor clave de Bitcoin, sino también porque se promoverá internacionalmente su uso, lo que en la práctica implicaría un neoliberalismo en esteroides, el cual sangraría las arcas de los Estados y le brindaría a Estados Unidos nuevos bríos en su sistema tecnológico, especialmente en lo que se refiere a habilitadores de cambio, transacciones y poder de cómputo.
Asimismo, el poder de cómputo seguirá siendo una moneda de cambio usual en las relaciones internacionales entre Estados Unidos, China y el resto del mundo, así se anuncia en los planes de restringir la exportación de tecnología de semiconductores necesarios para el desarrollo de Inteligencia Artificial (IA) avanzada, así como limitar el acceso a centros de datos y grandes modelos de IA, algo que tendrá efectos negativos para países no aliados o aliados de segunda categoría, tal como Washington los denominó, ya que esto implicará una condena al subdesarrollo de capacidades avanzadas de IA -ojo aquí con México-.
Y hablando de IA, todo parece indicar que 2025 será el año de introducción de los agentes de IA al mercado de la tecnología, al menos en una fase de prueba, esto implicaría un mayor debilitamiento a futuro de la fuerza laboral frente al capital, lo que se podría acompañar de despidos y la degradación de las condiciones de trabajo, así como el aumento en la explotación. Cabe señalar que los agentes de IA se caracterizan por ser modelos de IA capaces de interactuar naturalmente, perseguir metas, usar aplicaciones y otras herramientas digitales, así como tomar decisiones en la consecución de objetivos; por lo que las empresas y ciertas personas usarán multiagentes una vez que éstos sean confiables y estables.
Asimismo, 2025 será el año en donde algunos proyectos de IA se consoliden y logren generar productos que dejen algún tipo de ganancia, sobre todo aquellos de empresas grandes que puedan evolucionar sus productos en IA multimodal, agentes u otros productos más rentables, mientras que otros productos se desvanecerán en el olvido, implicando pérdidas económicas en el proceso. Además, en este año podremos ver la consolidación y extensión de IA nativa en dispositivos, una tendencia que lleva desde la mitad de 2024, pero que 2025 marcará su consolidación; por lo que veremos cada vez más productos con alguna capacidad de IA, aunque sea secundaria.
2025 también podría implicar para el mercado de la IA un año lleno de batallas legales, y es que aún están pendientes juicios sobre propiedad intelectual en grandes modelos de IA, lo que acelerará aún más la necesidad de bajar costos de entrenamiento, reentrenamiento y rectificación.
Pese a lo anterior, este año también traerá consigo una mayor introducción de productos de IA y robótica a centros de trabajo, aunque no esos robots humanoides que tanto se anuncian, sino máquinas inteligentes que tengan como propósito aumentar la automatización de tareas, producir contenido o hacer procesos más eficientes, tal como el caso de Amazon, una empresa que está acelerando el uso de robots para sus centros de distribución. En el corto plazo esto traerá beneficios para casi todos, sin embargo, conforme la adopción de robots e IA aumente y se masifique, la necesidad de mano de obra disminuirá, especialmente los trabajos administrativos o muy repetitivos.
Y aunque mucho se habla de la democratización de la computación y la IA, lo cierto es que las barreras de acceso como el costo o la no disponibilidad están también aumentando, por lo que la desigualdad política y económica y su relación con tecnologías como la IA seguirá su curso en este 2025, sobre todo aquellos productos que iniciaron su camino siendo gratuitos o aquellos sujetos a intereses geopolíticos.
Por último, la tendencia general que acompañará a la tecnología este 2025 es la competencia internacional por la supremacía tecnológica, tendencia que lleva varios años; al respecto sobra mencionar que el shock entre hegemonías tecnológicas comenzará a sentirse en forma de falta de interoperabilidad tecnológica, pero conforme este proceso avance se verá reflejado en artefactos y productos distintos, implicando de nuevo el rompimiento del rumbo de la ciencia, la técnica y la tecnología humana
Lo anterior también ya es evidente en la creación de modelos de IA, los cuales no sólo ocupan diferentes artefactos en su producción, sino también usan técnicas alternas, así como que su naturaleza, valores y datos son distinto. En conclusión, 2025 marcará un paso más en el proceso de rompimiento y reestructuración del sistema tecnológico internacional, un suceso que se acelerará conforme Trump decida pasar a la carga con una agenda neo Monroista, imperialista y proteccionista, lo que pondrá a los países a optar por una postura más realista, al menos en el mejor de los casos.
Imagen portada: Especial
