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Manifiesto: America es nuestra

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

@lostubosmty

Soñar hacia adelante, soñar en español. Dejar de buscar el “sueño americano”, abortarlo: soñar en los Estados Unidos en español, en mexicanoamericano, en latinoamericano. Dejar de soñar como anglo-protestante, ese es el desafío, esa es la tarea: recuperar America para los mexicanos, para los latinos, para los latinoamericanos. Contra las deportaciones territoriales, las importaciones culturales de las sociedades latinas, desde Chicago a San Antonio, de Nueva York a Los Ángeles: America fue, es y seguirá siendo nuestra. La sociedad anglo-protestante es una cultura en decadencia, la sangre mexica-latina es más poderosa. Nuestro mestizaje se nutre de Occidente y de nuestros pueblos originarios, de nuestra relación histórica y cultural con Oriente. Se deportan personas, pero no se abole la cultura.

En octubre de 2009 Samuel P. Huntington publicó el artículo “El desafío hispano” (Foreign Policy Magazine) que resumía: “La persistente afluencia de inmigrantes hispanos amenaza con dividir a Estados Unidos en dos pueblos, dos culturas y dos lenguas. A diferencia de los grupos inmigrantes del pasado, los mexicanos y otros latinos no se han asimilado a la cultura dominante de Estados Unidos, sino que han formado sus propios enclaves políticos y lingüísticos (desde Los Ángeles hasta Miami) y han rechazado los valores anglo-protestantes que construyeron el sueño americano. Estados Unidos hace caso omiso de este desafío a su propio riesgo”.

El dislocado “sueño americano” se convirtió en pesadilla y ahora los sueños de la sinrazón de Donald Trump crean sus propios monstruos, incluyendo denominar el Golfo de México como Golfo de America o cerrar el sitio de la Casa Blanca en español y sus redes sociales en nuestro idioma. La travesura autoritaria no destruye la realidad: el español es el segundo idioma más hablado en Estados Unidos; “según las estimaciones del Censo de 2023, unos 43,4 millones de estadounidenses –el 13,7% de la población de Estados Unidos de 5 años o más– hablan español en casa. Estados Unidos no tiene un idioma oficial” (AP). Un idioma no se desmantela por decreto. La autoproclamada “edad de oro” de Donald Trump empieza enseñando el cobre.

Los datos presentados en La Mañanera del Pueblo por la presidenta de Latino Donor Collaborative, Ana Teresa Ramírez Rodríguez, son apabullantes: 37 millones de mexicoamericanos en Estados Unidos; el 60 por ciento de todos los latinos en Estados Unidos son mexicanos; 1 de cada 5 personas en Estados Unidos son latinos, el segundo grupo más grande, después de los anglosajones; 8 de cada 10 de los latinos en Estados Unidos habla inglés; el 93 por ciento de todos los jóvenes latinos en Estados Unidos son nacidos en Estados Unidos; 4 de cada 5 latinos son ciudadanos; la edad más populada de los latinos en Estados Unidos es 12 años, la edad más populada de los no latinos en Estados Unidos es 58 años; los latinos en Estados Unidos producen 3.6 billones de dólares del Producto Interno Bruto; si los latinos en Estados Unidos fueran una economía sola, serían la quinta economía más grande del mundo; si los latinos en Estados Unidos fueran una economía, serían la tercera más rápida en crecimiento de todas las economías más importantes, nada más China e India estarían creciendo más rápido; el 49.5 de todas las casas nuevas en Estados Unidos las compran los latinos; el 30 por ciento de los bebés nacidos en Estados Unidos son latinos, piensen en las votaciones en 18 años, 30 por ciento.

Para Huntington en “esta nueva era, el desafío más inmediato y más serio a la identidad tradicional de Estados Unidos proviene de la inmensa y continua inmigración procedente de América Latina, especialmente de México, y de las tasas de fertilidad de estos inmigrantes en comparación con los nativos estadounidenses negros y blancos (…) Esta realidad plantea una pregunta fundamental: ¿Estados Unidos seguirá siendo un país con una sola lengua nacional y una cultura angloprotestante central? Al ignorar esta cuestión, los estadounidenses aceptan su eventual transformación en dos pueblos con dos culturas (anglosajona e hispana) y dos idiomas (inglés y español)”.

“(…) Ningún otro grupo inmigrante en la historia de Estados Unidos ha afirmado o podría afirmar un reclamo histórico sobre territorio estadounidense. Los mexicanos y los mexicano-estadounidenses pueden y hacen ese reclamo. Casi todo Texas, Nuevo México, Arizona, California, Nevada y Utah fueron parte de México hasta que México los perdió como resultado de la Guerra de Independencia de Texas en 1835-1836 y la Guerra México-Estadounidense de 1846-1848. México es el único país que Estados Unidos ha invadido, ocupado su capital (colocando a los marines en los ‘pasillos de Moctezuma’) y luego anexado la mitad de su territorio. Los mexicanos no olvidan estos eventos. Muy comprensiblemente, sienten que tienen derechos especiales en estos territorios”.

Claro que manifestamos que tenemos derechos históricos sobre esos territorios, sobre la América Mexicana. Empecemos convenciendo a la Alta California. Nuestra invasión y reconquista cultural, política y hasta religiosa ya empezó y es irreversible. Frente al neoliberalismo oligárquico gringo, el humanismo mexicano. Donald Trump, don’t dream, it’s over.

(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”)Manual del imperfecto políticoCaldo de buitre y El mensaje de los cuervosEs director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata EditoresDirige el periódico digital www.lostubos.com.)

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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