La Fiscalía del Distrito Central de Seúl, Corea del Sur, imputó al presidente, Yoon Suk-yeol, por liderar una insurrección y abusar del poder al declarar la ley marcial el pasado 3 de diciembre.
El mandatario destituido se enfrenta a una acusación de conspirar con el entonces ministro de Defensa, Kim Yong Hyun, para incitar a una insurrección a través de la declaración de la ley marcial y del despliegue de fuerzas militares en la Asamblea Nacional, el Parlamento surcoreano, para impedir que los diputados tumbaran el decreto, lo que sucedió horas después.
En caso de que la inhabilitación sea ratificada, deberá convocarse elecciones presidenciales adelantadas en un plazo máximo de 60 días tras el fallo de la corte.
Yoon Suk-yeol fue arrestado el 19 de enero tras negarse en varias ocasiones a responder ante el tribunal y la orden de arresto expiraba en cuestión de horas.
La imputación, que supone la primera en la historia de Corea del Sur para un presidente en el cargo y bajo arresto.
