El Gobierno de Brasil condenó este 25 de enero la vulneración a los Derechos Humanos de 88 brasileños deportados desde Estados Unidos, quienes fueron esposados durante el vuelo a su país.
Dicho traslado tenía como destino el aeropuerto internacional de Confins, en Belo Horizonte, pero, debido a problemas técnicos, tuvo que aterrizar de emergencia la noche del 24 de enero en Manaos.
Por instrucciones del ministro Ricardo Lewandowski, la Policía Federal de Brasil ordenó a las autoridades del gobierno estadounidense retirar inmediatamente las esposas y dio la bienvenida a los brasileños. Lewandowski, además, remarcó al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, “la flagrante falta de respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos brasileños.”
Al ser informado de la situación, el presidente ordenó movilizar un avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) para transportar a los brasileños hasta su destino final y así garantizar que el viaje concluyera con “dignidad y seguridad”.
A través de una publicación en la red social X, el Gobierno brasileño expresó que “la dignidad de la persona humana es un principio básico de la Constitución Federal y uno de los pilares del Estado Democrático de Derecho, configurando valores innegociables”.