En un país donde la inclusión de personas con discapacidad aún no forma parte integral de nuestra cultura, Los dos hemisferios de Lucca llega como una poderosa herramienta de sensibilización. Basada en la historia real de Bárbara Anderson y su hijo Lucca, la película narra el recorrido de una madre que, movida por su amor incondicional, lleva a su familia a la India en busca de un tratamiento experimental para la parálisis cerebral de su hijo; publica MILENIO.
Protagonizada por Bárbara Mori, Juan Pablo Medina y el pequeño Julián Tello, Los dos hemisferios de Lucca relata el viaje de Bárbara Anderson y su familia a la India en busca de una innovadora terapia experimental, el Cytotron, el cual reactiva las conexiones neuronales del paciente. A través de esta travesía, no solo enfrentan retos financieros y emocionales, sino también el desafío de sostener la esperanza en medio de la incertidumbre.
“Es un honor poder interpretar a Bárbara Anderson, interpretar este testimonio hermoso de lucha y de esperanza que es Los dos hemisferios de Lucca, este libro que escribió Bárbara acerca de la vida y de lo que atravesaron ella y su familia para sacar a su hijo adelante. Esta es una historia que realmente transforma, no solamente la forma en la que ves la vida, sino también tus emociones y cómo te ves a ti como persona”, dijo Bárbara Mori a MILENIO.
La película no solo pone en el foco el derecho de las personas con discapacidad a una mejor calidad de vida, sino que también destaca la fortaleza que surge de la resiliencia, una característica que Mori considera esencial, pues “la historia de Bárbara Anderson invita a las familias -y a las personas en general- a no perder la esperanza, a siempre ver la luz detrás de las dificultades. Es una historia que genera empatía, conciencia y un diálogo”.
De acuerdo a la actriz, “debemos tener las conversaciones necesarias, porque en México nos falta mucho aprender a vivir las discapacidades con verdadera sensibilidad y conciencia. La historia de Bárbara invita a estas familias a no perder la esperanza, a ver la luz detrás de las dificultades; es una historia de resiliencia, te hace levantarte de las cenizas, con una fortaleza que no sabías que tenías. Si el libro ayudo, la película también lo hará”.
El proceso de selección del elenco fue una labor monumental. El equipo de casting realizó una convocatoria nacional para encontrar al niño perfecto que encarnara a Lucca. Más de 200 niños participaron en el casting, y la búsqueda incluyó visitas a más de 45 instituciones especializadas en la atención a personas con discapacidad. Este esfuerzo culminó en la elección de Julián Tello, quien a sus diez años dio vida a un personaje complejo.
Julián vive con parálisis cerebral y es un ejemplo poderoso de lo que significa romper barreras. En sus palabras: “quiero que las personas vean que los niños con discapacidad podemos hacer todo si nos lo proponemos. No tenemos límites. Fue muy emocionante actuar, aunque al inicio tenía mucho miedo de no lograrlo con los castings, pero cuando me dijeron al final que sí, me emocioné mucho, porque competí contra 200 niños”.
Para Juli, quien hoy ya tiene once años, encarnar a Lucca fue un reto que asumió con entusiasmo y disciplina, practicando durante semanas movimientos involuntarios y gestos característicos de su personaje. Incluso su personaje lo ayudó a superar sus miedos, porque “le tenía miedo a la cámara en el set, pero dije: “para qué le tengo miedo a la cámara si esto es a lo que me quiero dedicar, para qué le tengo miedo si va a ser mi amiga”.
Juli tiene el deseo de convertirse en actor y su camino en esta profesión arranca con la película, pero también al interior de las aulas, porque “quiero estudiar comunicación y periodismo, quiero ser también narrador de deportes, eso es lo que me apasiona. Por eso quiero decir: “’arriba las chivas’, es que me gusta mucho”, agregó el pequeño actor durante una visita que realizó en compañía de su familia a las instalaciones de MILENIO.
Si con esta película cambió algo en la vida de Juli fue a nivel espiritual:
“Antes no iba a meditaciones, ahora sí lo hago, tengo meditaciones todos los miércoles, me gustó mucho la cultura de India, conecté con su cultura de una forma espiritual. Meditar me ayuda a relajarme y me recuerda el viaje que hicimos. Conecté con Juan Pablo con juegos y bromas, con Bárbara igual, pero con ella fue más a nivel espiritual”, explicó Juli.
Por su parte, Juan Pablo Medina compartió que la película no solo lo impactó profesionalmente, sino también a nivel personal: “fue un viaje transformador. No me pudo haber llegado en mejor momento, cuando leí el guión me di cuenta que este tipo de historias se tienen que contar, se tiene que abrir la conversación, y sobre todo el testimonio de esta familia y Bárbara, la resiliencia. Para nosotros ha sido un regalazo poder estar en ella”.
“En un plano personal, para nosotros fue muy importante transmitir lo que conocimos de esta familia, y haber visto la película con ellos dos y ver su reacción, fue todo, fue como decirnos: ‘si se hicieron bien las cosas’, tocarles el corazón a ellos dos, es en un plano personal muy poderoso. Esperemos que eso pase con todo el mundo y que la gente conecte, que la gente se dé cuenta, que veamos las discapacidades de otro lugar”, agregó.
Esta película no solo es un homenaje a la lucha de Bárbara Anderson y su familia, sino también un llamado urgente a construir una sociedad más empática y consciente, donde las discapacidades sean vistas no como limitaciones, sino como oportunidades para crecer y transformar nuestra visión del mundo. La película llega a la plataforma de Netflix el próximo 30 de enero para compartir el mensaje de Anderson y abrir la conversación.
Imagen portada: Especial / MILENIO
