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Yayoi Kawamura y Pilar Cabañas presentan libro sobre la pintura tradicional japonesa

La historiadora del arte japonesa Yayoi Kawamura y su colega española Pilar Cabañas Moreno se dieron cuenta de que los estudiantes actuales necesitan la visualidad y están acostumbrados a mensajes cortos por eso decidieron preparar un libro sobre pintura tradicional japonesa atractivo para esta generación; publica MILENIO.

“En el mundo en el que vivimos ahora, si no se cuenta con atractivo visual, no funciona”, explica Kawamura en entrevista desde España, previa a su viaje con Cabañas Moreno a Ciudad de México para presentar Trazo y colorEsencias de la pintura japonesa (Satori, 2024), este miércoles 29 de enero.

Y destaca al paisaje y la naturaleza en las temáticas de la pintura tradicional japonesa desde el siglo X.

La catedrática de la Universidad de Oviedo refiere que el libro surgió cuando ella y su par de la Complutense de Madrid plantearon la necesidad de actualizar la enseñanza de la pintura tradicional japonesa a los jóvenes, en un grupo interdisciplinario de investigación del arte japonés que formaron.

“Buscábamos actualizar no solo el contenido, sino también que fuera un libro atractivo visualmente. El contenido es importante, pero tenía que ser sintético; los jóvenes están acostumbrados a mensajes cortos, no a la literatura larga. Cada página cuenta con imágenes atractivas e informaciones en torno».

“También incorporamos tablas o cuadros sinópticos para que los lectores puedan entender la evolución de la pintura tradicional japonesa, los estilos, etcétera. Manejamos esa idea desde el principio”, añade.

El resultado es el volumen que editaron Alfonso García y Marián Bangó en Satori, sello independiente especializado en cultura japonesa, que se presentará en El Péndulo de Polanco, a las 19:30 horas.

Trazo y color. Esencias de la pintura japonesa estudia un periodo que va del siglo VIII al XIX sobre un arte descrito por las autoras como minucioso, meticuloso, vigoroso, que transmite emociones profundas, a través de una técnica de tinta, acuarela, que tuvo mucha influencia entre la élite japonesa.

El libro se centra en explicar las manifestaciones pictóricas tradicionales de Japón, es decir, la pintura creada y desarrollada dentro de la cultura nipona —sin olvidar los influjos chinos— y su evolución.

Pintura de ‘Trazo y color. Esencias de la pintura japonesa’ (Imagen: Especial / MILENIO)

Aquellas obras vinculadas directamente con las propuestas contemporáneas, en las que la territorialidad o la nacionalidad son un concepto secundario, quedaron excluidas, se acota en la introducción del texto.

¿Por qué la pintura japonesa se desarrolla a partir del poder, de la política, de las guerras?

«A partir del siglo XVII, sobre todo XVIII, hay una clase media urbana importante desarrollada en Edo, la actual Tokio. Es donde se empiezan a demandar obras pictóricas o grabados, conocidos como ukiyo-e, género de estampas japonesas muy conocido en Occidente. Es un desarrollo social que proyectamos en el libro. Pinturas demandadas por los grandes poderes: la casa imperial, los cortesanos. Y, luego, con el surgimiento de la clase guerrera (samurais), ya poderosos en la sociedad, son los que empiezan a promover arte, igual que los comerciantes poderosos y se incorpora la clase media».

¿Qué características tenía la pintura en estos diferentes periodos?

«La pintura llega con el budismo zen y los monjes budistas zen. Son los que traen otra manera de pintar. Ya no pintura al color, sino a la aguada, con poderosos trazos, infinidad de matices de grises, otra cultura pictórica, que es en el siglo XIV cuando prospera.

Y luego hay una familia, una dinastía de pintores muy famosos, la Escuela Kanō. Son los que realmente fusionan la tradición de pintura cromática desde la Edad Media con la cultura pictórica que trajeron los monjes zen, o sea, aguada a la tinta. Y desarrollaron una propia cultura pictórica muy importante que es la Escuela Zen. A su vez, en Kioto, la capital imperial hasta el siglo XIX, surgen muchas actividades, destacaría el estilo Rinpa, que inició el pintor Sōtatsu (1570-1641), continuado por Kōrin (1658-1716), los dos en Kioto. Más tarde, Sōtatsu lo difundió en Edo, o sea, en Tokio. También es un estilo pictórico muy, muy importante».

¿Cuáles eran las temáticas predominantes?

«La naturaleza y la naturaleza cambiante. Las cuatro estaciones están muy marcadas. Japón tiene desarrollada una sensibilidad muy especial de apreciar pasos de tiempo a lo largo del año. Este mes va a florecer el cerezo, este mes, iris; el siguiente va a ser de lluvia; luego vienen crisantemos. O sea, están muy marcadas las estacionalidades o mensualidades de la naturaleza. Y eso está muy, muy reflejado en la temática pictórica en Japón.

Eso lo sabemos desde el siglo X, cuando los japoneses pintaban paisajes, cosa que no sucede en Occidente hasta el siglo XIX; hasta los impresionistas, el paisaje no cobra fuerza como género independiente, porque en la cultura occidental, cristiana, lo importante es la temática religiosa, retratos o temática de historia. El paisaje es como algo secundario, aunque muchos artistas se interesaron en la pintura, pero siempre hay otro tema, religioso o mitológico o retrato. Los japoneses amaban y siguen amando la naturaleza y su representación. En eso quisiera hacer hincapié».

Pintura tradicional japonesa (Imagen: Especial / MILENIO)

¿Y cómo evolucionó la representación de la figura humana, de los personajes? ¿Quiénes eran?

«Desde el siglo XIII empieza a haber retratos de figuras importantes. Es una presencia minorista, no es una figura que se expone constantemente en considerar un poder. Eso es muy importante. Luego, al final del siglo XVII, es cuando se empieza a retratar las figuras de personas normales, sobre todo, mujeres atractivas o los hombres del teatro; empieza a haber un retrato de gente civil. Eso sería la evolución».

Ukiyo-e es quizás lo más conocido en Occidente, aun en México ha habido varias exposiciones.

«Sí. Ukiyo-e es una pintura y a veces estampa, es un estilo propio de clase media, donde circulaba dinero en grandes urbes. Esta tipología de ukiyo-e es muy importante. Y, además, siendo de estampas, como son múltiples, es más barato que encargar una obra, los ciudadanos de clase media podían acceder a este tipo de pinturas para su distracción, diversión. Pero no deja de ser una pintura de moda».

¿Cómo es que se conoce tanto ukiyo-e en Occidente?

«Japón, a mediados del siglo XIX, abre sus fronteras, antes muy cerradas, en los siglos XVII y XVIII, y a partir de 1868 mucha relación. Japón quiere imitar a países occidentales. Y llegan los comerciantes de arte de Europa y de América. Y las estampas, que ya estaban un poco desuso, fuera de moda en el país, eran una cosa tan moderna para los europeos y estadunidenses, que empezaron a comprarlas masivamente. Y es la razón por la cual hay muchísimas obras y muchos estudios y más exposiciones de ukiyo-e que de las pinturas japonesas, que son únicas y más difíciles de conseguir».

¿Qué distingue a la pintura tradicional japonesa de la de otras regiones, como Europa?

«Primero, la pintura tradicional japonesa es aguada a la tinta o al color, o sea, acuarela, es acuarela sobre el soporte de papel. La pintura tradicional japonesa, mayoritariamente, utiliza el papel. En Japón se fabrican varios tipos de papel, muy, muy resistentes, con fibras vegetales, muy largas, de distintos vegetales, distintas plantas. El papel japonés tiene fama mundialmente, su gran variedad y resistencia. Los japoneses no se plantearon pintar sobre otro soporte, y sobre papel, la acuarela viene genial. Es una simbiosis con el soporte, de buena calidad de papel, que yo creo que es importante».

Trazo y color. Esencias de la pintura japonesa de Yayoi Kawamura (Imagen: Especial / MILENIO)

¿Por qué el libro termina con la restauración de la era Meiji (cuando empieza la occidentalización)?

«Cuando empieza la occidentalización de la sociedad japonesa influye en la enseñanza pictórica, surge como estilo occidental la pintura al óleo. Y el gran sueño de los jóvenes de 1890, por ejemplo, era ir a París y más tarde ir a Roma. Entonces, esta parte no la consideramos como forma tradicional, intrínsecamente, y por eso nosotras no la hemos incluido. Por eso termina en la época Meiji y un poquito en la Taishō también, el siguiente. Y citamos personas que continuaron con el estilo de la pintura tradicional japonesa en el final del siglo XIX, principio del siglo XX. Ese es nuestro enfoque».

Imagen portada: Especial / MILENIO

Fuente:

// Con información de MILENIO

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: Staff
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