Muchos escritores han explorado el tema de la naturaleza rebelándose contra la humanidad, creando historias que combinan crítica social, reflexión ambiental y narrativas cautivadoras. Por el Día Mundial de la Acción Frente al Calentamiento Terrestre la plataforma LIBROTEA / MILENIO compartió estos libros en los que la naturaleza contraataca.
Adiós, parásitos del planeta
En El día de los trífidos, de John Wyndham, la rebelión de la naturaleza contra el ser humano surge como una consecuencia directa de su intervención en los procesos naturales. Los trífidos, plantas carnívoras y móviles que constituyen la amenaza central de la novela, son también una metáfora de las consecuencias imprevistas de la arrogancia humana: una creación que se vuelve en contra de sus creadores, quienes la desarrollaron con fines económicos o militares. Aquí, la naturaleza no solo se rebela, sino que aprovecha la debilidad humana para recuperar el control.

El día de los trífidos
John Wyndham
Alianza
El protagonista de La nube púrpura, de M.P. Shiel, es Adam Jeffson, un explorador que alcanza el Polo Norte en medio de esta catástrofe global. Cuando regresa al mundo civilizado, encuentra que el gas ha aniquilado a la población. La naturaleza actúa como una fuerza implacable que busca restaurar un equilibrio perdido purgándose de una especie que ha abusado de sus recursos y ha ignorado las señales de advertencia. Así, la novela se convierte en una crítica a la arrogancia de la humanidad y un recordatorio de que la naturaleza, cuando es explotada sin medida, puede reaccionar de manera devastadora.

La nube púrpura
M.P. Shiel
DEBOLSILLO
La selva no perdona
La novela de la autora cubana Elaine Vilar Madruga, El cielo de la selva, combina elementos de realismo mágico y ciencia ficción al presentarnos a una selva viva y consciente, un entorno natural que no solo es escenario, sino un personaje activo que reacciona con furia y sabiduría a los abusos humanos. Se trata de una fuerza vengadora, un ente que simboliza la acumulación de siglos de explotación, saqueo y destrucción por parte de los humanos, con su arrogancia y ambición desmedida. Por ello, la selva les hace ver, también, sus verdades internas y los fuerza a enfrentarse a su propia vulnerabilidad en esta historia imprescindible.

El cielo de la selva
Elaine Vilar Madruga
Elefanta Editorial
Por su parte, en La vorágine, el autor colombiano José Eustasio Rivera denuncia la explotación de los recursos naturales y humanos, especialmente en el contexto de la extracción de caucho, y nos presenta a la naturaleza como una fuerza inmensa, caótica y hostil, que se rebela contra el ser humano debido al desequilibrio y la explotación que le genera. La selva amazónica, que es el escenario central de la novela, no solo es un espacio físico, sino un personaje vivo y amenazante, que devora, transforma y aniquila a quienes intentan dominarla. La inmensidad de la vegetación, los ríos caudalosos, los animales salvajes y las enfermedades convierten a la selva en un laberinto mortal que consume a los que la desafían.

La vorágine
José Eustasio Rivera
Ediciones Cátedra
Libros en los que la naturaleza contraataca
Marea tóxica, de Chen Qiufan, está ambientada en una isla ficticia llamada Silicio, destino de toneladas de residuos electrónicos provenientes de todo el mundo. La naturaleza no permanece pasiva: los desechos tóxicos transforman el ecosistema, creando nuevas formas de vida y mutaciones que representan una respuesta violenta e impredecible a la contaminación. La toxicidad no solo afecta el medio ambiente, sino que también transforma a los seres humanos que viven y trabajan en la isla, con lo que el autor plantea una pregunta crucial: ¿qué pasa cuando la naturaleza, al límite de su resistencia, decide defenderse y devolver el daño infligido?

Marea tóxica
Chen Qiufan
Nova
Oryx y Crake es la primera entrega de la trilogía MaddAddam, de Margaret Atwood, quien presenta un futuro distópico en el que la humanidad ha llevado al límite sus intentos por manipular y controlar la naturaleza. La creación de híbridos animales como los «cerdocones» y los «rakunks», así como de los Crakers, seres humanos modificados genéticamente que representan un intento por «mejorar» la especie humana, reflejan la arrogancia humana al intentar moldear la naturaleza sin considerar sus complejidades, llevando a un desequilibrio que tiene repercusiones catastróficas junto con un virus letal creado como parte de un plan de control poblacional, lo que provoca el colapso de la civilización.

Oryx y Crake
Margaret Atwood
SALAMANDRA
Imagen portada: Especial