Una “anomalía que los Estados Unidos de América corren el riesgo de repetir… la de ser un Imperio pobre, cargado de deudas, incapaz de resolver sus problemas, pero no por ello menos obstinado en desempeñar un papel imperial en el mundo, aunque pidiéndole limosna a otras naciones más ricas, a fin de continuar manteniendo su estatura de policía global. // El espejo enterrado / Carlos Fuentes
Festinan las frases de gobierno mexicano coludido con el narco o narcogobierno expelidas desde el pecho delincuencial del angloprotestante Donald Trump y nunca condenan su política de aranceles o se solidarizan con los mexicanos perseguidos en territorio gringo. Malnacidos, cometen Alta Traición y hay que fusilarlos simbólicamente en el virtual Cerro de las Campanas y su paredón digital. Descendientes de la cultura neoliberal, aplauden al imperio decadente y su oligarquía fascista. Poco entienden de historia y de cooperación, como en su momento construyeron Roosevelt y Cárdenas, Lincoln y Juárez.
A Donald no le interesa el pueblo gringo sino sus propios negocios (criptomonedas) y los de la tecnoligarquía. Por eso no tiene empacho en decirle a sus connacionales que se chinguen: “¿Habrá algo de dolor? Sí, quizás (¡y quizás no!). Nosotros haremos que Estados Unidos sea grande otra vez, y valdrá la pena todo el costo que debemos pagar”. Como en la crisis hipotecaria de 2007-2008, los ciudadanos estadounidenses pagarán los platos rotos.
Para justificar el grave problema económico interno, su déficit, la inflación y su enorme deuda, Trump se saca de la chistera el problema migratorio y el fentanilo para sustentar “ideológicamente” los aranceles en contra de China, Canadá y México. La precarización de la sociedad gringa se acentuará y Donald perderá rápidamente credibilidad. Como descrédito social es el de los malnacidos, quienes se solazan con los señalamientos de Trump y ni siquiera voltean a ver cómo los distintos partidos en Canadá se unen, a pesar de sus diferencias y de afrontar próximamente sus elecciones. “Los cárteles mexicanos tienen una alianza intolerable con el Gobierno de México”, inventa Donald Trump y el coro de traidores mexicanos lo celebra (el único narcogobierno que hemos padecido es el de Felipe Calderón con Genaro García Luna, por eso se le menciona en el documento de la Casa Blanca).
Dinamitando el T-MEC, Donald Trump apuesta a la extorsión, a pedirnos limosna a través de los aranceles por esa guerra comercial tan tonta (WSJ). Pobre imperio pobre que profundiza sus contradicciones internas y su destino manifiesto es la decadencia. Antipatriotas, los mexicanos malnacidos aplauden, festinan, se regocijan en el chiquero de su Alta Traición.
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los librosLa cicatriz del naipe(Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD.y dePosdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)