Por José Jaime Ruiz
Como Chamberlain ante Hitler, a Justin Trudeau se le doblan las piernitas ante Donald Trump. Con los fascistas no se puede ceder y conceder desde “la buena fe”. El sábado pasado Justin le llamó a la presidenta Claudia Sheinbaum para conocer cuáles serían los argumentos mexicanos para contener al fanfarrón de la Casa Blanca. Sheinbaum se mantuvo en su templanza de diálogo, cooperación y responsabilidad compartida en el tema de migración, narcotráfico y aranceles. Sheinbaum obtuvo mesas de alto nivel para negociar y persuadir, incluyendo el tráfico ilegal de armas de los Estados Unidos a México. Donald obtuvo su pírrica victoria mediática y el despliegue de 10 mil efectivos mexicanos para patrullar nuestra frontera norte. Nada mal para ambos.