En plena Guerra Fría, Andrew Daulton Lee vendió secretos aeroespaciales de EU a la URSS. Los encuentros sucedían en el Distrito Federal. Su torpeza lo delató.
Por Laura Sánchez Ley
Es 6 de enero de 1977, las 12:30 horas del día. Andrew Daulton Lee está parado afuera de laembajada de la Unión Soviética en México, una mansión de estilo ecléctico de 1911, muy cerca de Tacubaya. Se asoma por la reja e intenta meter la cabeza para ver si alguien lo ve. Pero no cabe, así que mejor desplaza un sobre por la puerta. De pronto, se acercan los patrulleros de las unidades 409 y 406 que custodian la embajada. Le gritan, le dicen que no puede estar tirando su basura en territorio soviético; informó MILENIO.
Andrew Dalton Lee –de 24 años, greñudo y barbón– apenas entiende unas palabras de lo que le gritan en español, pero intenta explicarle al policía que no es basura, sino información que están esperando las autoridades de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Es información que le importa al mismísimo presidente Nikita Khrushchev. Pero los policías no entienden ni hi.
Así que recogen el sobre del piso y suben a Andrew a su patrulla. Es trasladado a la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, la terrible DIPT, una corporación secreta de la policía en la Plaza Tlaxcoaque, muy cerca del Zócalo del Distrito Federal. A las 17:00 horas, el inspector Reynaldo López Malváez, apoyado de un traductor, empieza el interrogatorio. Dalton dice en inglés, tartamudea, que es fotógrafo y labora para una agencia de publicidad, que aprovechó que vino a México a hacer un trabajo para vacacionar por la ciudad cuando sin “motivo fue arrestado por la policía”.
El inspector le pide que ponga sus cosas sobre el escritorio: extiende un pasaporte y mil dólares en efectivo. Frente a él también está el sobre con cinta plástica que recogieron de la embajada de la URSS. Despega la tapa y la abre: en el interior hay rollo de microfilm. Es una tira negra parecida a un negativo con imágenes. Lo levanta hacia la luz de un foco que alumbra el cuarto de interrogatorios de la DIPT. Se toma su tiempo y trata de identificar un rostro, una palabra en ese plástico negro. López Malváez se toma su tiempo y entonces le pregunta: “¿Qué son estos documentos?”.
![El espía Andrew Daulton Lee vendió información estadounidense a los rusos | ARCHIVERO](https://images.milenio.com/IDhCkiW8A7r8QYnAagHaqT1m_RI=/300x0/uploads/media/2025/02/07/el-espia-andrew-daulton-lee.jpg)
“Estos son negativos para un comercial que estamos haciendo”, le contesta Daulton. Pero no le cree, así que vuelve a revisar los negativos con una lupa y entonces descubre a ojo de buen cubero unas letras que dicen Top Secret. López Malváez sabe que el gringo sólo entiende una que otra palabra, entonces le lanza una que cree universal: “asesinato”.
Andrew Daulton Lee le pide que le hable en inglés, no le entiende, se desespera, él no mató a nadie. El inspector le responde en español que si no habla lo va acusar de asesinato. Ahí empieza el verdadero terror del gringo que no tardará más que unos días en quebrarse y confesar. En ese microfilm hay documentos secretos del gobierno de Estados Unidos con proyectos que explican con detalle cómo se cifran las comunicaciones en plena Guerra Fría y además sobre el desarrollo de satélites espías. Andrew Dalton Lee estaba ahí para venderle esa información a agentes de la URSS.
Esta es una colaboración de ARCHIVERO para DOMINGA, que reconstruye el caso gracias a la desclasificación de expedientes olvidados entre cajones y viejas oficinas públicas. Historias como ésta revelan que en México la verdad oficial siempre está en obra negra.
Un cómplice obtuvo información aeroespacial de Estados Unidos
El 7 de enero de 1977, el segundo día de la detención del joven estadounidense, el inspector López Malváez cuestiona a Andrew Daulton Lee y ahí se entera un poco más de quién es él y cómo había vivido desenfrenadamente la vida. Le dijo que nació el 2 de enero de 1952 en Los Ángeles y desde joven fue muy problemático. Era hijo adoptado del Dr. Daulton Lee, un médico adinerado de California. En 1968 fue detenido por la policía de esa ciudad y recluido en una granja de rehabilitación por su adicción a la mariguana.
![Daulton Lee se puso al servicio de la URSS, nación archienemiga de Estados Unidos | ARCHIVERO](https://images.milenio.com/CXDNLwSBk4EC_44eYiO0k6j54ss=/300x0/uploads/media/2025/02/07/daulton-lee-puso-servicio-urss.jpg)
Cuando obtuvo su libertad continuó sus estudios de secundaria en Palos Verdes High School. Concluyó sus estudios en 1969. Realizó diversos trabajos eventuales, como vendedor de productos, y dijo que durante esos años esperó ser llamado al servicio militar estadounidense pero nunca lo requirieron. Ante las negativas, Reynaldo López Malváez decide trasladarlo a la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía de espionaje.
Fue hasta el 14 de enero, una semana después de su detención, que Daulton Lee empezó a confesar: tenía un cómplice en Estados Unidos, un viejo amigo del colegio llamado Christopher John Boyce, otro joven rico, hijo de Charles Eugene Boyce, exdirector de seguridad de McDonnell Douglas Aircraft Corporation. En 1974 su amigo Christopher había conseguido un trabajo en TRW, una empresa aeroespacial que se había encargado de la construcción de naves y varios observatorios espaciales.
En 1975 la empresa obtuvo un jugoso contrato como proveedor del gobierno de Estados Unidos para su seguridad y misiones espaciales. Al mismo tiempo, Boyce fue ascendido a un puesto altamente sensible en una zona llamada Bóveda Negra, un centro de comunicaciones clasificado con una autorización de seguridad de alto secreto.
Ahí Boyce descubrió algunos planes inmorales de la CIAcontra otros gobiernos, pensó en filtrarlos a la prensa, pero no se atrevió. Quería vengarse filtrando los secretos del gobierno de su país, así que contactó a un amigo bastante intrépido: Andrew.
![Christopher John Boyce fue quien filtró la delicada información a Daulton Lee | ARCHIVERO](https://images.milenio.com/3q7yG4HD5S562Ooh5gvNAtfot3M=/300x0/uploads/media/2025/02/07/christopher-john-boyce-filtro-delicada.jpg)
Los encuentros se fijaron con representantes de la URSS en Ciudad de México
Según la versión de Andrew Daulton Lee, a mediados de ese 1975, su amigo Christopher lo llamó y le propuso colaborar con él para hacer llegar al gobierno de China, a través de alguna de sus representaciones diplomáticas en el continente africano, información sobre los secretos del gobierno de Estados Unidos.
Le dijo que tenía información con aspectos técnicos espaciales dentro de la intercomunicación estadounidense vía satélite. Daulton Lee respondió que no podía hacerlo, ya que era un trabajo inútil y no viajaría hasta África para entregar información a los chinos. Estaba muy lejos. Pronto se les ocurrió un nuevo plan: la información clasificada la entregarán a los rusos, el archienemigo, y además les cobraría esos secretos muy caros. La embajada más cercana y donde “seguro no serían rastreados” era México. Según ellos, “todos los empleados son miembros de la K.G.B.”.
Fue así que en junio de 1975 viajó a la Ciudad de México,alojándose en el Hotel Holiday Inn, ubicado en las calles Génova y Liverpool, en la colonia Juárez. Al día siguiente llegó hasta las oficinas de la embajada de la URSS, donde se hizo pasar por un turista. Solicitó una entrevista con un representante de la embajada. Cuando lo atendieron les dijo que era ciudadano estadounidense y que, contrario a las posiciones políticas de su país, tenía acceso a documentación secreta de su gobierno.
Estaba dispuesto a vender ese material y les mostró unas cartas criptográficas, lo que causó impacto. Durante cinco horas los rusos escucharon la historia de cómo él y su amigo podrían obtener información exclusiva. Para reforzar sus dichos aseguró que estaban influenciados por la doctrina marxista y el socialismo. Los rusos le dieron 500 dólares por unas cartas que contenían instrucciones para descifrar mensajes encriptados entre funcionarios de Estados Unidos. Según Daulton Lee, le pusieron el alias de Luis y dijeron que al llegar al país –y para agendar los próximos encuentros– debería pegar una cruz con cinta adhesiva en algún lugar de la ciudad que le indicarían.
![Daulton Lee viajó varias veces a México para entrevistarse con la K.G.B. | ARCHIVERO](https://images.milenio.com/Ey2ESn7DS_dA7ZO_j8d-3MRMDic=/300x0/uploads/media/2025/02/07/la-embajada-de-rusia-en.jpg)
En septiembre de ese año viajó nuevamente al Distrito Federal, colocó las marcas de referencia y el día indicado se entrevistó con dos rusos, a quienes les entregó dos sobres cerrados, uno de ellos con un microfilm y tarjetas de códigos acerca de las frecuencias que se utilizaban en la intercomunicación de los viajes espaciales. Esa vez le pagaron un poco más de 2 mil dólares.
Los rusos le dijeron que la próxima entrevista sería en Viena para no levantar sospechas con tantos viajes a México. Y así fue que en noviembre se encontró con representantes de la embajada en Europa. Ese día los rusos le hicieron una petición: querían información relacionada con la construcción de cohetes espaciales. Sus encuentros siguieron ocurriendo durante los meses de enero, marzo, junio y noviembre de 1976. En cada uno de estos viajes, recibió pagos que iban de los 3 mil 500 hasta los 5 mil dólares.
Agentes de tránsito mexicanos frustran el plan del espía gringo
La última misión de Daulton Lee sería ese 5 de enero de 1977.Aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hospedándose como de costumbre en el Hotel Holliday Inn. Aunque tenía una entrevista tres días después con los rusos, en su desesperación fue hasta la embajada para tratar de entregarles un nuevo microfilm con información que Boyce había obtenido.
Intentó meter la cabeza por la reja, después pensó que no era buena idea y debería dejar el sobre en la entrada y marcharse. Sin embargo, su plan fue frustrado por agentes de la policía de tránsito.Durante meses su contacto en la embajada fue Boris A. Grishin, a quien la URSS tenía acreditado como funcionario de su Oficina Comercial.
![Fue gracias a los policías de tránsito mexicanos que Estados Unidos pudo dar con los responsables | ARCHIVERO](https://images.milenio.com/0j-wMu6uGyJSk4pDHECMl5fSRdQ=/300x0/uploads/media/2025/02/07/gracias-policias-transito-mexicanos-unidos.jpg)
Según el jefe del Laboratorio de Criminalística de la DFS dentro del microfilm había fotos con unas 100 hojas y se trataba de espionaje industrial, información sobre satélites, su puesta en órbita y sobre un proyecto llamado “Pirámide”. La conclusión fue que: “las microfotografías corresponden a un estudio especializado de transmisiones de satélites puestos en órbita por cohetes”.
“Se cree que Andrew Daulton no está capacitado para entender lo que se muestra en las fotografíasde los microfilmes debido al grado educacional de high school que aprobó y, en cuanto a sus estudios de College, los hizo poniendo hincapié en las disciplinas de Filosofía y Ciencias Económicas. Se necesitaría que hubiera cursado la maestría y el doctorado en electrónica empleada dentro de la tecnología espacial”.
El espía fue entregado a las autoridades estadounidenses y Boyce fue arrestado el 16 de enero, cuando el FBI lo encontró escondido en una choza que estaba alquilando cerca de Riverside, California. El 26 de enero de 1977 fueron acusados formalmente de ocho cargos relacionados con conspirar para transmitir información de defensa nacional a una nación extranjera, la URSS.
Fue declarado culpable de ocho cargos de espionaje y el 28 de abril de 1977 fue sentenciado por el juez federal de distrito Robert Kelleher a pasar 40 años de prisión. Lee fue puesto en libertad condicional en 1998, mientras que Boyce –quien robó los documentos– fue liberado el 16 de septiembre de 2002; reportó MILENIO.
Paolo Sánchez Castañeda colaboró en la búsqueda de este archivo.