Tras concluir con un rotundo éxito sus presentaciones en Monterrey, el pianista mexicano Jorge Federico Osorio refrendó su título de máximo exponente de su arte del País; publica El Porvenir.
La hazaña musical de Osorio, por primera vez organizada en la Ciudad bajo el título «Los 5 de Beethoven», logró cautivar corazones y emocionar a la audiencia que llenó la Gran Sala del Teatro de la Ciudad.
En una acción en conjunto de la Secretaría de Cultura de Nuevo León y CONARTE con la colaboración de la Orquesta Sinfónica de la UANL para ofrecer programación de alta calidad en la entidad, se preparó en el marco de celebración por los 30 años de creación del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León y de los 65 años de la OSUANL.
«Este programa de dos veladas consecutivas, además de ser un deleite para los sentidos, simboliza la riqueza de nuestro ecosistema artístico, en el que la colaboración entre instancias públicas y académicas amplía las posibilidades de acceso a expresiones de excelencia. Para la Secretaría de Cultura de Nuevo León es una prioridad garantizar que la ciudadanía pueda vivir experiencias culturales de gran calidad, reafirmando su derecho a la cultura y al arte», indicó Melissa Segura Guerrero, titular de la Secretaría de Cultura estatal.
Tras la interpretación de la OSUANL de la «Obertura Coriolano, Op. 62 Ludwig van Beethoven», bajo la batuta de Eduardo Diazmuñoz, la sola presencia de Osorio sobre el escenario arrancó un estruendoso aplauso del público presente; algunos de ellos recibieron una noche antes la primera dosis de su bello arte, velada en la que interpretó los conciertos 1, 2 y 3.
Pianista y orquesta hicieron sonar los tres movimientos del «Concierto para piano y orquesta No. 4 en sol mayor, Op. 58», allegro moderato, andante con moto y rondó: vivace; la composición, que para Osorio es una de las favoritas de Beethoven, se destacó por la cadencia y sonoridad. La dotación de la OSUANL de 52 elementos marcó definitivamente el objetivo de Osorio de mostrar la humanidad del compositor alemán.
Tras un breve intermedio, ensamble y solista regresaron al escenario para completar el programa: ofrecieron el «Concierto para piano y orquesta No. 5 en si bemol mayor, Op. 73», también llamado «Emperador» con sus tres movimientos: allegro, adagio un poco mosso y rondó: allegro ma non troppo, en bi bemol mayor.
Ricardo Marcos, Secretario Técnico de CONARTE, quien previamente compartió con el público algunas notas del programa, señaló que los conciertos 4 y 5 de Beethoven conforman «una cima que significa también la piedra angular de los conciertos para piano del siglo 19″.
«El cuarto logra un diálogo perfecto entre instrumento y orquesta y apunta a momentos hacia el futuro (movimiento lento) además de la generosidad Beethoveniana, humanista, de los temas. El quinto, conocido ´Emperador´ (título que seguramente no le habría gustado mucho al Beethoven de ideas liberales) es más bien de carácter heroico, cercano a las sinfonías de su tiempo, con grandes gestos orquestales y temas memorables», apuntó Marcos.
Como ocurrió en la primera de las fechas, Osorio recibió los vítores del público, haciéndolo salir al escenario para ofrecerle una y otra vez ovaciones de pie; emocionado, el pianista brindó como «encore» la sonata para piano n.º 14 en do menor, Op. 27 n.º 2, popularmente conocida como «Claro de Luna».
«Gracias, Monterrey. Nos veremos pronto», prometió en sus redes sociales el maestro Osorio al agradecer la entrega del público de Nuevo León.
Imagen portada: El Porvenir