“Si tuviera que someterme al ocioso (y proverbial) ejercicio de salvar del fuego uno solo de mis libros, ese sería Tiros en el concierto. Literatura mexicana del siglo V”, escribe Christopher Domínguez Michael (México, 1962) en la reedición de su libro, en el que hace siete poderosos retratos intelectuales sobre grandes escritores.
En entrevista con MILENIO, el autor habla del texto publicado originalmente en 1997 y editado ahora por la editorial Grano de Sal, donde invita a comprender y disfrutar a autores como Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, Jorge Cuesta y José Revueltas.
“Estoy muy contento porque es mi libro preferido. Es un segundo nacimiento, para ser cursi. Pero mentiría si dijera que no me ha gustado verme como tuve que hacerlo para preparar la nueva edición.
“Desde luego que, como suele suceder en estos casos, tuve la tentación de hacer cambios. Hay ciertas partes con las que yo mismo ya no estoy de acuerdo. Pero, pues, empezar a hacer cambios, escribiría otro libro, entonces decidí nada más corregir errores, erratas y poner algunas notas a pie de página”.
Para Domínguez Michael, la investigación histórica y literaria nunca terminan: “Entonces, por ejemplo, lo que yo sostenía sobre el fraude electoral a José Vasconcelos en 1929 como dogma de fe, investigaciones como la del doctor García Diego indican que este fraude no parece haber sido como lo contó Vasconcelos por la sencilla razón de que en ese año el público elector de Vasconcelos eran los jóvenes y las mujeres no votaban y eso yo no lo sabía en 1997”; publica MILENIO.
¿Es usted un crítico feroz, mordaz?
Pues no he sido tan mordaz ni tan fuerte, porque si ves mis críticas, el 90 por ciento son a favor; el problema es que la gente solo se acuerda del restante 10 por ciento. ¿Qué es un crítico? Es un señor que lee libros o una señora que se entusiasma. Revisa un año de mis reseñas y la gran mayoría son entusiastas; pero repito, de esas nadie se acuerda. Ahora, si dices algo feo de perenganito, se arma, pero así ha sido siempre; la crítica siempre ha sido molesta.
¿Cree que habrá un debate sobre la crítica literaria con la reedición de su libro?
Eso es lo que vamos a ver; ojalá y se lea porque 27 años es mucho tiempo y el libro se agotó rápido, y qué bueno que hay una nueva edición y estoy contento.
De lo analógico a lo digital
Sobre el impacto de Tiros en el concierto en tiempos digitales, donde muchas personas se sienten críticos, aseguró: “No va a encajar porque yo no veo que haya una sola crítica literaria en las redes, hay insultos y barbaridades de todo tipo. Mi libro es un libro del siglo pasado que forma parte de un tiempo en que los libros dialogaban con los libros. Alguien puede opinar sobre lo que yo hago, pero las opiniones no me interesan, me interesan los argumentos. Yo hice un libro con rigor y con mucho entusiasmo”.
Christopher Domínguez Michael dice que todas las personas, “como que vamos envejeciendo, tendemos a creer que nuestros tiempos fueron mejores, pero yo lucho mucho contra esa idea de que nuestra época tiene el monopolio de las virtudes y lo que viene después es una porquería.
“Sí hay problemas en nuestra época; sí, la transición de lo analógico a lo digital ha afectado la expresión en los medios. Desde luego que el espacio para escribir en los medios para un joven crítico es mínimo en comparación al que yo tenía”.
“Si yo llegaba a la revista Vuelta con un buen ensayo, según ellos, de 20 páginas, me lo publicaban sin ningún problema y esto ya no ocurre, no hay espacio y eso sí va en demérito de la crítica, porque la gente suele confundir la crítica con las reseñitas y las únicas reseñitas buenas son las de Jorge Luis Borges, o sea, obras maestras.
“En toda época hay problemas, pero yo conozco y leo a cinco críticos que están trabajando muy bien y hacen sus espacios; esto no es regalado. Que el acceso a la prensa sea más difícil que cuando yo era joven, pues sí; pero a mayor dificultad, mayor mérito”.
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Sobre el caso del escritor Julián Herbert, quien lanzó Overol, un libro de crítica literaria por el cual recibió ataques en las redes sociales, el entrevistado opinó:
“Yo no le doy ninguna importancia a los ataques en redes porque el 90 por ciento están hechos de estupidez, ignorancia, mala fe, de falta de educación, de gente que no tiene ortografía, de gente que no ha leído. Entonces yo creo que Julián hizo mal en contestarle a esas personas, porque desde el medio que usan se descalifican. La crítica desde el día uno, desde Aristófanes, es molesta, es desagradable y crea problemas. Quien quiera llevar una vida tranquila, le recomiendo que no se dedique a la crítica”.
Los recuerdos
El crítico literario recordó que al libro le fue muy bien cuando se lanzó por primera vez. “La presentación fue muy exitosa, tuvo dos ediciones, que es mucho para un libro de crítica, y entró a formar parte del canon de nuestra crítica literaria del fin del siglo XX, y quedé entonces muy satisfecho”.
Además niega que otros críticos se le fueran encima por su trabajo y sus pensamientos. “No, porque la mayoría de los críticos de los que hablo eran contemporáneos míos que se dedicaban a los mismos autores, y yo los cito profusamente, porque si de algo a mí no se me puede acusar es de ningunear.
“Entonces, están ahí todas las voces y generalmente a la gente lo que le interesa es la actualidad, entonces si le hablas de Alfonso Reyes, que murió en 1959, a la gente le da flojera”.
Precisamente, sobre Reyes, el entrevistado reveló que tenía ciertas dudas: “Sí, había una maldición en su contra, como una cosa apolillada, polvorienta, aburrida, intransitable, y bueno, por fortuna tuve maestros que me hicieron ver que estaba yo equivocado, y le entré con mucho entusiasmo. No sin negar que, desde luego, como en todas las obras, hay puntos de la obra de Reyes que no son interesantes”.
En su libro, Domínguez Michael le recuerda a los lectores que hubo todo un mundo antes de Octavio Paz y de Juan Rulfo.
Escribe que se trata de nuestro primer clasicismo verdadero, con Reyes huyendo de la Revolución, Vasconcelos tratando de dominarla y Guzmán retratándola; con los Contemporáneos empeñados en crear una política del espíritu ajena al nacionalismo y con Revueltas soñando con la última redención, la proletaria.
El autor hace un retrato de estos escritores y el crítico se da el lujo de imaginar una extravagante fiesta de las balas entre la literatura y la política.
Imagen portada: Especial / MILENIO