Por su genio creativo, su influencia en la moda de los años 60, 70 y 80 el artista puertorriqueño Antonio Lopez (1943-1987) es objeto de un homenaje con la exposición Moda indomable en el Museo Franz Mayer; publica MILENIO.
Se rinde tributo a su capacidad de irrumpir en las pasarelas donde únicamente desfilaban los blancos, así democratizó la moda pues su argumento era que cualquier persona podía ser glamurosa: obreros, negros, homosexuales, transexuales y todas las razas del mundo.
La muestra, que estará disponible del 27 de febrero al 29 de junio en la Ciudad de México, reúne una colección de alrededor de 400 bocetos, fotografías, atuendos, videos, revistas y periódicos que reflejan la trayectoria de Antonio Lopez, cuya visión transformó la industria y redefinió los cánones de belleza en la moda.
Sus singulares trazos, propuestas y manera de entender la moda le abrieron puertas para colaborar con diseñadores icónicos como Karl Lagerfeld, Yves Saint Laurent, Kenzo, Missoni y Versace, de este modo él fue fundamental para la consolidación de la street fashion.
La exhibición invita al espectador a sumergirse en la esencia de la creatividad de Antonio Lopez, cuya vida y obra se asemeja a una ópera por su complejidad y sus alcances, dice la curadora Anne Morin.
¿Cuáles son las estructuras musicales, el trazo, el color y la armonía?
Hay algo que es específico en Antonio y que vemos en una de las salas donde se proyectan algunos videos; se ve a Antonio dibujar y al hacerlo accede a un estado de trance, empezaba a respirar cada vez más rápido, casi como un orgasmo. El orgasmo es el punto óptimo y Antonio accede a eso y casi parece que va a devorar la presa que tiene delante, el modelo lo abraza y eso se siente en el trazo en el gesto. Estos trazos conllevan su máxima potencia. Para mí hay una palabra que es emblemática de la obra: ¡brutal!
¿Cómo democratizó Antonio Lopez la moda junto con Juan Ramos?
Simplemente en los modelos que puedes encontrar en pasarelas de todo tipo, el abanico. Antes de su aparición en la escena de la moda, el modelo era uno solo rubio y blanco. Hoy día, gracias a él, puede ser cualquiera. Hay una frase de Alicia Drake, quien escribió el libro The Beautiful Fall, decía que Antonio había abierto la visión de la moda y aunque fueses rubio, negro, transexual, gay o lo que fueses, había belleza y podías ser glamuroso. Y esa es justamente la democratización que hoy en día adquiere su poder.
¿Esta exposición es una manera de reivindicar sus aportaciones al mundo de la moda?
Sí, exactamente, porque Antonio era puertorriqueño. Antonio no tuvo afán de visibilidad, como Andy Warhol, quien era un profeta, era un mesías, un personaje creado. Antonio bailaba al son de una música que solo él podía escuchar, era un visionario. Y sí, es rendir un homenaje a esa oscuridad también.
«Probablemente porque hace 50 años no era ningún orgullo ser puertorriqueño, después Jean-Michel Basquiat, J Lo (Jennifer Lopez), Bad Buny anduvieron y andan en los pasos de Antonio, porque ellos proclamaron que ser latino, que ser de Puerto Rico es una virtud simplemente porque traían con ellos mismos unos rasgos de identidad que solo pertenecen a ellos».
Una vida semejante a una ópera
Los visitantes apreciarán prendas prêt-à-porter de Yves Saint Laurent, provenientes de The Estate of Antonio Lopez and Juan Ramos, de Art Center College of Design y de coleccionistas privados que facilitaron obras de Andy Warhol.
Cada pieza en Moda indomable es un capítulo en la historia de Antonio López, que supo fusionar arte y moda de manera innovadora teniendo en contra el ser latino, puertorriqueño, migrante y homosexual, subrayó la curadora de la exposición, realizada en colaboración con DiChroma Photography.
La muestra ofrece su universo creativo, los procesos y la trascendencia del trabajo de Antonio a lo largo de tres décadas en las que también colaboró con el ilustrador Juan Ramos.
En el museo se recreó una pasarela de Antonio Lopez, está custodiada por dos modelos de zapatos prototipo creados por él, quien tenía un gusto obsesivo por los pies y los zapatos como elementos góticos. Lo realmente sorprendente es que estas piezas no se habían mostrado.
“Quisimos hacer una arquitectura especial, considero que definitivamente en la vida de Antonio hay una ascensión, un paroxismo y un declive, elementos que conforman la trama de una ópera.
Cuando Anne Morin tuvo la posibilidad de conocer la obra de Antonio lo calificó como “el Mozart de la ilustración, justamente porque tenía esos impulsos de ascensión con potencia, con virtud y ebullición, que le permitían alcanzar el clímax. Y vemos en esta muestra cómo la expresión en el capítulo dos, que es París, adquiere toda su potencia”.
La curadora explica que el primer capítulo de esta gran ópera está en Nueva York, donde Antonio empezó a situar sus piezas, en el panorama de la industria de la moda de los años 60. Cuando accedió realmente a su momento de paroxismo fue en París porque tuvo todas las posibilidades de hacerlo de manera espléndida. El declive es ocasionado por su muerte repentina, a los 44 años, a consecuencia del VIH/sida.
El Museo Franz Mayer, ubicado en Avenida Hidalgo 45, Centro Histórico de la Ciudad de México, se puede visitar de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.
Imagen portada: Javier Ríos / MILENIO
