Por José Jaime Ruiz
La inteligencia política de Palacio Nacional detectó el proyecto de desestabilización de Norma Piña, el Cártel de la Toga y el PRIAN: dejar libres a destacados miembros del crimen organizado, blindar judicialmente a líderes del narco para que siguieran operando desde las cárceles y crear la narrativa de “narcogobierno” para confrontar a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. La extradición de 29 prominentes miembros del crimen organizado fue el necesario golpe para atajar el golpe no tan blando del Poder Judicial en contra del Estado mexicano. La desestabilización fracasó, como lo confirmó el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch.