La mesa en donde Gabriel García Márquez escribió cada línea de su obra maestra Cien años de soledad (1967), símbolo de su proceso creativo y su dedicación a la literatura, ya se encuentra en la morada del escritor, en su hogar al sur de Ciudad de México; publica MILENIO.
La presencia de este objeto en su casa es significativa no solo por su valor sentimental, sino también por lo que representa: un vínculo tangible con el proceso creativo del autor y su vida cotidiana. García Márquez vivió en México durante varios años, y fue aquí donde desarrolló gran parte de su obra literaria.
Esa mesa de madera, que el escritor mandó a hacer con un carpintero, en donde solo cabían su máquina de escribir, algunas hojas en blanco, lápices y bolígrafos, la obsequió a un par de amigas de la familia, por lo que el valioso objeto lleva plasmada la dedicatoria: “Para Aline e Irene, en esa mesa que se escribió la pinche novela. Gabriel 1967”.
Apenas hace un par de meses llegó la mesa a la biblioteca de la Casa de la Literatura Gabriel García Márquez y se convirtió en un emblema de ese espacio íntimo, pues sobre ella se gestaron historias que han dejado una huella indeleble en la cultura mundial.
Este retorno a la familia del Nobel colombiano subraya el interés continuo por preservar y celebrar su patrimonio literario en un increíble espacio “convertido en un centro cultural que alberga eventos literarios y exposiciones relacionadas con su vida y obra”, dice Emilia García, nieta del Gabo y directora de la Casa de la Literatura Gabriel García Márquez.
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Secretos de familia
De ahí la relevancia de mostrar este objeto acompañada por las obras de la exposición de pintura Entre amores y gladiolos, de Rosa Elena Flores, inspirada en la novela póstuma En agosto nos vemos, de García Márquez.
La artista, atraída por las descripciones de los pasajes que envuelven a la novela, se puso a pintar, a traducir el lenguaje del literato a su paleta de colores, a sus líneas y formas.
“Es una novela que tiene mucho por ofrecerle a una artista, al leerla quedé completamente convencida de lo que quería pintar”, cuenta la pintora.
¿Qué te atrapó del libro?
Lo primero fue la cuestión del personaje femenino, que era una mujer con un deseo de libertad. Una búsqueda por conocer cosas nuevas, con seguridades e inseguridades. Una mujer como cualquier otra, se trata de un tema muy natural, sin estigmatizar al personaje. Eso me gustó mucho y todo lo que le envuelve a ese tema, los paisajes y las descripciones literarias.
Un viaje de descubrimiento
Emilia García comenta que el personaje de Ana Magdalena está presente en la obra pictórica de Rosa Elena Flores. “Me gustó mucho seguir ese camino, este viaje que hace la protagonista hacia el descubrimiento de quién es y en qué momento se encuentra de su vida, en ese preciso instante que nos cuenta Gabo, y creo que la artista lo plasma muy bien en sus pinturas”. Para visitar la exposición en la Casa de la Literatura Gabriel García Márquez, los interesados pueden hacer una cita en la web casadelaliteraturaggm.com.
“Desde el momento en que la estaba leyendo, me venían muchas cosas a la imaginación. Solamente hice algunos bocetos de lo que me venía a la mente. De momento se me revelaban diversas ideas en el transcurso y en el proceso de ir pintando, en un principio hice muchas más obras de las que están aquí, que son 20 principales, y después hay una serie de 26 ilustraciones que se exhiben con la intención de que la exposición fuera más armónica.
La artista comenta que la exposición no pretende contar la novela tal cual, es una interpretación con los paisajes maravillosos y poéticos que describe García Márquez en su libro.
“Después la exhibición continúa con Ana Magdalena, que es la protagonista principal de la novela, en sus diferentes facetas. La mayoría de mis obras son desnudos porque quise mostrar su libertad, podríamos decir que esa es la parte principal de la exposición. Después viene una obra con muchas lecturas. Es muy interesante porque el libro me parece que tiene un final con muchas posibles interpretaciones, y quise darle ese toque a mis obras, por lo que termino con una serie de acuarelas pequeñas con los lugares, personajes, elementos y situaciones más significativas del libro”.
¿Qué aspectos del personaje principal de la novela se reflejan en la exposición?
Son varios aspectos de su vida. Me llamó la atención que tenía inquietudes, entre ellas, la búsqueda de su libertad sexual. Esos viajes a la isla cada año, en donde encontraba un amor diferente, me pareció interesante abordarlos debido a que era una mujer con muchos deseos y una relación muy estrecha con su madre. Siento que fueron esos dos aspectos los que le ayudaron para poder tomar decisiones importantes y dar un giro radical en su vida.
A la artista le pareció relevante el tema de la relación madre e hija “visitaba cada año su tumba, y cómo es que al final de sus viajes descubre los secretos de su madre, a la que termina de comprender y al mismo tiempo comprenderse a sí misma”, concluye.
Imagen portada: Octavio Hoyos / MILENIO