Por José Jaime Ruiz
Tlatoanis, virreyes, caciques, emperadores, altezas serenísimas, presidentes, el Gran Dispensador de Bienes y Favores, dictadura perfecta, presidencia imperial. Estallaron los signos, cambió el paradigma con el Segundo Piso de la Cuarta Trasformación. Del México de tepalcate al hablar en plata, rendir cuentas, transparentar. Si cuando se tenían todas las respuestas cambiaron todas las preguntas, asistimos a un nuevo ejercicio de poder más acá del poder del ejercicio vertical: el estilo personal de gobernar se transforma en estilo plural de gobernar con el advenimiento, por fin, de una presidencia plural.
La “dictadura perfecta” fue una boutade de Mario Vargas Llosa corregida puntualmente por Octavio Paz al aclarar la existencia de un sistema político con un partido hegemónico, el PRI. Pésima calca del mismo Paz y de Daniel Cosío Villegas, Enrique Krauze promovió el concepto de “presidencia imperial”. Esta copia procede del final del libro El estilo personal de gobernar: “Más de un presidente nuestro ha padecido ese mal de altura, típicamente Porfirio Díaz, que por haber arrancado a México del desorden y de la miseria en que había vivido durante setenta años continuos, creía merecer el acatamiento unánime y eterno de sus conciudadanos. El mal lo engendran, sobra decirlo, motivos síquicos y personales, así como las circunstancias históricas en que actúa el paciente. Pero se debe también a nuestro sistema político, cuya característica principal, según se sabe, es un presidente de la República dotado de facultades y de recursos ilimitados. Esto lo convierte fatalmente en el Gran Dispensador de Bienes y Favores, aun de milagros”.
El cambio de paradigma para nuestra primera presidencia plural tiene dos columnas: el ascenso de una mujer a la Presidencia de la República y que esa mujer haya desechado ese mal de altura denominado “estilo personal de gobernar” para transformarlo no sólo en un estilo de equipo, hasta a veces con decisiones colegiadas, sino que desde la izquierda de asamblea conecte sus decisiones con el pueblo porque la 4T es una respuesta ciudadana contra el neoliberalismo: un régimen de derechos, no de privilegios.
Dice la presidenta Claudia Sheinbaum: “…reivindicamos la transformación del país y en esa transformación llegamos las mujeres al poder, no se hubiera dado de otra manera. Porque la revolución de las conciencias también llevó a la defensa de los derechos de las mujeres y a la participación de las mujeres en la vida pública. Por eso pensar que es un esfuerzo personal, que es mérito mío haber llegado a la presidencia no lo veo así, soy parte de un movimiento de transformación. Las circunstancias me pusieron en este lugar y tenemos puesta el alma, el corazón, la convicción y la vida misma para defender y servir al pueblo, pero somos millones y somos millones de mujeres que llegamos a la presidencia”. En efecto, por primera vez en nuestra historia tenemos una presidencia horizontal, transversal, inclusiva, una presidencia plural.
P.D.- Durante un mes le dimos el beneficio de la duda a Trump quien sigue siendo el mismo mentiroso de siempre. Vendrá la llamada telefónica pactada entre Sheinbaum y Donald, pero no hay que esperar mucho de ella. Tendremos que diversificar y profundizar nuestro comercio con Canadá, Asia, Europa, África y Latinoamérica y, de ser necesario, firmar un tratado militar de un lustro con China de defensa mutua, el águila y el dragón. Que se joda Trump.
Repito para los incautos, en el Segundo Piso de la 4T el pueblo es gobierno y el gobierno es pueblo: con el pueblo todo, sin el pueblo nada. No hay retórica en lo anterior, hay mensaje para los Estados Unidos en época de Donald Trump y hay mensaje para el mundo. Que se cuiden aquellos que intenten una intervención militar en nuestro territorio. Y que los vendepatrias se queden en su casa viendo Netflix y comiendo Doritos, mientras los mexicanos colman el Zócalo y las pantallas que transmitirán el evento. Aquí no hay ni habrá sumisión.
