Mujeres, madres de familia, menores, profesionistas, familiares de víctimas de feminicidio, tomaron este sábado las calles del centro de Monterrey para marchar en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Al grito de justicia, el llamado a las demás «que no están solas» y reclamos a las autoridades y el gobernador de Nuevo León, los contingentes avanzaron por el primer cuadro de la ciudad donde predominó el color morado, pañuelos verdes y cruces por las que nos faltan; publica MILENIO.
En las pancartas y lonas de la manifestación tenían diversos mensajes, incluso llamados al gobernador de Nuevo León.
Te compartimos las consignas que marcaron una manifestación que se conmemora año con año y en el que se pide un alto a la violencia feminicida y la impunidad que rodea a muchos de estos casos.
«Si lo vieras con nuestros ojos, también gritabas»
«Quiero ser libre, no valiente»
«No te quedes por miedo, vete por amor»
«No es piropo, es acoso»

«Por menos historias de abuso y violencia en terapia»
«Con ropa o sin ropa mi cuerpo no se toca»

«Grito hoy porque si mañana no estoy quiero que griten por mí»

«Hoy soy la voz de quien gritó pidiendo ayuda»
«Nunca te disculpes por ser una mujer poderosa»
«Crío niñas que no se callan y niños que saben escuchar»
«Soy la mamá de la niña que jamás vas a tocar»
«Quiero que mi hija viva sin miedo»
«No es normal que todas tengamos una historia de abuso»
«Vivas nos queremos»
«Todas merecemos llegar a casa»
«Por las y lxs que nos faltan»
«No nací mujer para morir por serlo»
«Mi mamá me enseñó a luchar»
«Que toda niña sepa que su voz puede cambiar al mundo»
«Todo este maldito sistema está mal»
«Yo sí te creo»

«Marchan por las que nos faltan»
Familiares de víctimas de feminicidio y de casos que conmovieron a la sociedad regiomontana también se unieron a la marcha.
Mujeres llevaron cruces con los nombres de Yolanda, Fernanda y Debanhi, quienes fueron reportadas desaparecidas en diferentes fechas durante el 2022 y días después encontradas sin vida.

También recordaron el caso de Abril Pérez Sagaón, regiomontana que fue asesinada a balazos cuando iba a bordo de su camioneta en Ciudad de México en noviembre de 2019, su ex pareja, señalado como autor intelectual apenas fue sentenciado a 39 años de prisión en octubre de 2024.
Casos de feminicidio que marcaron la manifestación
El 8 de marzo se convierte en una oportunidad para que madres, hermanas, hijas y mujeres en general se unan para exigir un alto a la violencia feminicida y la impunidad que rodea a muchos de estos casos.
La participación de Olivia en esta marcha no solo es un acto de amor y memoria por su hija Daniela, sino también una lucha por un cambio estructural.
El 4 de marzo de 2021, Daniela fue encontrada sin vida y desde ese momento, Olivia se convirtió en una defensora de los derechos de las mujeres, buscando visibilizar la violencia de género y exigir que se haga justicia.

En su camino, Olivia ha contado con el apoyo de su otra hija, quien también ha decidido unirse a las marchas para exigir que se tomen más efectivas contra la violencia feminicida.
La valentía de Olivia y su hija al enfrentar este dolor y seguir luchando por un cambio, refleja el coraje y la determinación de muchas madres, hermanas e hijas que se han visto afectadas por la violencia de género.
Su historia es un recordatorio de la importancia de seguir luchando por un mundo más seguro.
Diana Camacho, una joven de 24 años, tomó la decisión de integrar a su mamá y a sus hermanas en la marcha, con la intención de visibilizar la lucha contra el acoso.
Recordó cómo, en algún momento, todas las mujeres han sido víctimas de este tipo de violencia y sintió que era importante unirse para alzar la voz y exigir un cambio en la sociedad.
La marcha no solo se convirtió en un espacio para compartir su dolor y su experiencia, sino también en una oportunidad para hacer visible lo que muchas mujeres viven a diario y para exigir un entorno más seguro y respetuoso para todos.
La participación de Diana y su familia es un recordatorio de que la lucha contra la violencia de género no es solo un acto individual, sino un esfuerzo colectivo para cambiar las estructuras que permiten que estas agresiones se sigan repitiendo.
Imagen portada: Luis Guerra / MILENIO