Estudiantes universitarios y activistas tomaron las calles de Nueva York este lunes para manifestarse en apoyo a Mahmoud Khalil, estudiante de la Universidad de Columbia y activista pro-palestino, quien fue detenido por las autoridades estadounidenses bajo la acusación de simpatizar con Hamás. Khalil, residente legal permanente en Estados Unidos, se ha convertido en la primera víctima de la nueva política del presidente Donald Trump, que prometió acabar con las protestas estudiantiles y deportar a los estudiantes extranjeros considerados «simpatizantes de terroristas»; publica SPR.
“Es la primera detención de muchas que vendrán”, declaró Trump en su plataforma Truth Social, donde acusó a Khalil de ser un “estudiante radical pro-Hamás”. Actualmente, Khalil se encuentra recluido en una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Luisiana. Sin embargo, un juez federal bloqueó temporalmente su deportación y programó una audiencia de emergencia para este próximo miércoles, donde se revisará el caso.
El arresto de Khalil ha generado indignación entre grupos de derechos humanos y la comunidad universitaria, quienes lo ven como una señal de autoritarismo. Eva Borgwardt, portavoz nacional de IfNotNow, un grupo activista judío-estadounidense, expresó: “Es absolutamente despreciable que lleven a cabo este movimiento autoritario con el pretexto de luchar por la seguridad judía”. Este sentimiento fue respaldado en una conferencia de prensa cerca de la Universidad de Columbia, donde varios profesores y activistas judíos acusaron a la administración Trump de utilizar el antisemitismo como pretexto para promover objetivos de deportación y limitar la libertad de expresión.
La Universidad de Columbia fue una de las 60 instituciones educativas notificadas por la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación, advirtiéndoles sobre posibles consecuencias si no cumplen con las protecciones del Título VI para estudiantes judíos. Robert Cohen, profesor de la Universidad de Nueva York y experto en activismo estudiantil, calificó el lenguaje de la administración Trump como “peligroso”. En declaraciones a CNN, Cohen criticó la generalización de que los manifestantes son “pro-yihadistas” y advirtió sobre los riesgos de criminalizar la protesta social.
Las manifestaciones en apoyo a Khalil reflejan un creciente malestar entre la comunidad académica y los defensores de los derechos civiles, quienes denuncian el uso de medidas represivas para silenciar las voces críticas. Mientras tanto, el caso de Khalil se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos.
Imagen portada: SPR
