Adriana Williams estuvo a punto de casarse dos veces con Luis Barragán (1902-1988). A cambio de eso, la coleccionista fue su cómplice, aliada, consejera, heredera, amante y una amiga que protestó cuando Jill Magid realizó un diamante con parte de las cenizas del arquitecto, Premio Pritzker de Arquitectura en 1980; publica MILENIO.
En 2002, publicó Luis Barragán. An Inner Life: Recollections. Ahora decidió publicar su libro en español y lo presentó este domingo en la Casa Pedregal construida por el arquitecto y propiedad del coleccionista César Cervantes Tezcucano, quien rescató el inmueble.
En entrevista con MILENIO, el coleccionista de arte y promotor cultural habló del libro que editó y produjo, Luis Barragán del Tiempo pasado. Remembranzas con los textos y recuerdos de quien fue el gran amor del arquitecto mexicano.
“Cuando hice una defensa sobre el peor error cultural en la historia de este país, lo del anillo con las cenizas de Barragán, fue cuando la pude ver por primera vez. Estábamos en un auditorio donde se habló del tema, ella lloraba por aquella atrocidad y no era el momento de acercarme, pero luego hubo un mar de coincidencias bellísimas que generaron el encuentro hace unos años”.
Cervantes dice que deseaba que Adriana participara en el libro donde incluiría la Casa Pedregal “y me acerqué para decirle que me escribiera un texto por su cercanía con Barragán”, cuenta.
Entonces ella le dijo: “No me quiero morir sin publicar mis memorias en español con Luis” y eso le cambió la vida a Cervantes.
Amor y amistad
“En San Francisco me empezó a platicar cosas como que ella se casó después de que Barragán le canceló por primera vez la boda, con eso ya te empiezo a decir una historia que no se había comentado nunca, y me fue narrando muchas más, algunas están en el libro en inglés, se hicieron como 50 copias y se distribuyó a gente muy cercana”.
Después de varios meses de trabajo, en los que Adriana decidió incluir más historias, fotos y documentos, el libro en español se presentó en un evento privado este domingo 9, justo el día en que Barragán cumpliría 123 años.
La obra narra la relación de amor y amistad entre ellos: “Gira alrededor de Luis Barragán, desde que se conocieron, sus actividades, con quién se veían, ese primer suceso de que él cancela la boda cuando ella ya tenía todo listo; el día en que se reencuentran, porque ella se divorcia y se vuelven a comprometer, pero Barragán vuelve a cancelar, entre otras historias. Es un libro bellísimo y hecho con mucho respeto. Fue hecho por la Cooperativa La Joplin Carla Zarebska y Humberto Tachiquín, quienes realizaron un trabajo formidable”, comentó el coleccionista.
Cervantes aseguró que ella estuvo al tanto de los últimos días de Barragán, pues se querían mucho.
“Adriana narra que toda la noche la pasó muy inquieta, en la mañana decidió hablar a casa de Barragán y cuando se acercaba al teléfono, sonó y era para darle la noticia que Luis había muerto; de inmediato viajó a México para despedirlo”.
Luis Barragán del Tiempo pasado. Remembranzas es una edición limitada de 123 ejemplares con un valor de 15 mil pesos. “Yo confío en que siga escribiendo y que más adelante podamos tener más información o una publicación más grande, porque ahora son solo 123 ejemplares hechos al máximo lujo”, agregó.
En la presentación, Adriana, de 91 años de edad, dijo: “Me siento honrada y muy emocionada de estar aquí con ustedes que también admiran al gran arquitecto mexicano Luis Barragán, que nos dejó un legado de belleza y de creatividad. Después de su muerte, empecé a escribir mis memorias de nuestra relación.
“Gracias a César por su pasión y su firmeza para hacer un libro bellísimo y con respeto a Luis Barragán”, finalizó Adriana Williams.
De Barragán para Adriana
”Pienso en ti y es contigo con quien puedo hablar de mi vida interior. He soñado con poder recluirme durante algunas semanas en un paisaje tranquilo donde todas mis necesidades estén resueltas. Lo deseo, no tanto por un descanso físico, sino porque un retiro así debe representar sin duda un viaje al interior de uno mismo. Oscurecidos por nuestras agitadas y a menudo frívolas vidas, estoy seguro que descubriríamos que somos diferentes de cómo nos juzgamos y nos daríamos cuenta de que, aquello de lo que tanto sentimos orgullo, dista mucho de los valores por los que deberíamos esforzarnos”, escribió Luis Barragán en una carta que le mandó Adriana Williams en 1965.
Imagen portada: Vicente Gutiérrez / MILENIO
