Una figura que desafía límites, la modelo y diseñadora ha hecho de la innovación y la creatividad su esencia. Su pasión la lleva a transformar y reimaginar lo establecido, dejando un legado inspirador
Por Sarah Gore Reeves
A los 13 años, Elsa Hosk fue descubierta como modelo, lo que marcó el inicio de una carrera que la catapultaría al estatus de ícono. Sin embargo, mucho antes de las pasarelas, su amor por la moda ya había comenzado a forjarse; el modelaje fue un “desvío” necesario. Le permitió comprender el mundo de la moda desde sus cimientos, trabajar con leyendas de la industria y absorber un legado de historias; publica MILENIO.
Es una de las caras más reconocidas de Victoria’s Secret, desfiló para la marca luciendo el Fantasy Bra en 2018. A lo largo de su trayectoria ha sido fotografiada por nombres icónicos como Ellen von Unwerth.
Hosk continúa construyendo un legado que combina disciplina, creatividad y una presencia innegable en la pasarela. Sin embargo, el amor por la creación nunca dejó de causarle entusiasmo. Hoy, con su propia marca, canaliza esa pasión en sus piezas, encapsulando recuerdos, emociones y un estilo que trasciende el tiempo.
En esta conversación, Elsa reflexiona sobre lo que significa ser un ícono, cómo su legado personal se entrelaza con su marca y cómo el amor por la moda guía cada decisión creativa.
RM: ¿Qué momentos o experiencias te hicieron lanzar tu marca?
EH: La moda siempre ha sido mi forma de expresión personal. Incluso cuando era niña, me obsesionaba crear mis propios looks. Mi mamá me enseñó a coser cuando tenía 12 años, lo que me permitió explorar la creación de moda desde muy joven. Al crecer principalmente con ropa de segunda mano, solía reinventar prendas de tiendas de caridad.
Cuando fui descubierta como modelo a los 13 años, tuve la enorme fortuna de tener una carrera que me expuso a muchas facetas de la moda. De no haber tenido esa carrera como modelo, probablemente habría intentado lanzar una marca a mis 20. Todo es cuestión de tiempo. Esos años en la industria me dieron un conocimiento invaluable, confianza y claridad sobre lo que quería crear más adelante. Y cuando llegó el momento adecuado, nació Helsa.
RM: ¿Cómo influyó el trasfondo de tu familia en tu carrera?
EH: La creatividad está arraigada en mi familia. Mis abuelos dedicaban su tiempo libre a pintar, tejer y coser, y mi tía era una artista talentosa. Ellos le transmitieron esas habilidades a mi madre, quien luego me las enseñó a mí. Crecer con ella me inculcó una apreciación por la artesanía detrás de la ropa: prestar atención a la composición de las telas, entender cómo se comportan los materiales después del uso y lavado, y, sobre todo, valorar los tejidos naturales. También me inculcó la autosuficiencia, enseñándome a hacer las cosas por mí misma.
RM: ¿Cuáles son las lecciones más importantes que aprendiste modelando y que ahora aplicas como diseñadora?
EH: Estoy muy agradecida por mi carrera como modelo, me dio confianza, tanto en mí como en mi visión. Estar en una industria en la constantemente eres juzgada puede ser difícil, pero aprendí a abrazar mi autenticidad: “Esto es quien soy, tómalo o déjalo”. Aplico ese mismo principio en Helsa. No todo el mundo conectará con lo que creas, pero siento que cuanto más fiel eres a ti misma, más cosas buenas atraes. Trabajar con diseñadores, stylists y creativos increíbles a lo largo de mi carrera fue como una maestría en moda. Absorbí todo: aprendí sobre el proceso, la narración y la artesanía.
RM: ¿Qué desafíos enfrentaste al iniciar tu marca?
EH: El mayor fue superar la inseguridad. Me preguntaba si tenía las habilidades para construir una marca, si realmente podía llamarme diseñadora o si alguien compraría lo que estábamos creando. La logística —producción, finanzas y operaciones— era intimidante, y sentía la presión de hacer todo perfecto desde el principio.
Con el tiempo aprendí que nada es perfecto y que la clave es seguir mejorando. Alguien de una marca importante me dijo una vez que intentan hacer cada temporada 20% mejor que la anterior; ese consejo se quedó conmigo. Se trata de progreso, no de perfección.
RM: ¿Cuáles son tus piezas imprescindibles como embajadora de Tiffany & Co.?
EH: Adoro toda la colección Tiffany HardWear; si tengo que elegir, mis piezas imprescindibles son los brazaletes Tiffany Lock y Tiffany Knot: son básicos que uso todos los días. También soy una gran fan de los diseños de Elsa Peretti. El brazalete Bone es atemporal, lo he usado más que cualquier otra pieza de joyería.
RM: ¿Qué le aconsejas a jóvenes diseñadores o modelos en esta industria?
EH: Que aprendan todo lo que puedan. Hagan preguntas, rodeénse de mentores y absorban el conocimiento de quienes ya lo han hecho. Pero lo más importante, manténganse auténticos y confíen en su intuición.
La intuición es como un músculo: cuanto más la usas, más fuerte y clara se vuelve. Dejen que su camino sea único y no tengan miedo de dar el salto. No se comparen con los demás; cada camino es único.
Imagen portada: Especial / MILENIO