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La Princesa está triste

Por Félix Cortés Camarillo

En el culo del mundo.

Así le llamarían los españoles a Punta Arenas, el puerto más austral del hemisferio americano, a casi dos cuadras del polo sur. Los fundadores debieron de adivinar que por ahí un día pasaría Magallanes para luego irse a morir en Filipinas, a fin de que su nombre apareciera en mis libros de secundaria.

Pues una chavala que el último día de octubre cumplirá veinte años, y que se llama Leonor, desembarcó el otro día en Punta Arenas y, como hacen las mujeres, se fue de compras. Luego, se dice y se rumorea, se tomó con sus cuates una caña -así se dice en Madrid- de cerveza. Todo eso en la Zona Franca de Punta Arenas.

El problema es que la tal Leonor desde su nacimiento renunció sin querer al apellido paterno; desde el siglo XVIII, en que se hicieron cargo del changarro español, los de la casa real se apellidan Borbón. Así, nuestro personaje se llama -a huevo- Leonor de Borbón, y Ortiz, por parte de madre. Pero aún hay más, como decía el clásico. La señorita Leonor es por decreto Princesa de Asturias, y por tanto heredera número uno a suceder en el trono de España a su padre Felipe VI, cuando él felpe -así dicen ahí- que todavía le faltan unos años.

Mientras eso acontece, la princesa que no tiene por qué estar triste, anda en un muy publicitado crucero de alta mar en el buque escuela de la marina española que se llama Juan Sebastián Elcano. Hay que hacer reservaciones.

Es parecido, más o menos, a nuestro velero Cuauhtémocque anda bogando por el mundo con nuestros futuros gobernantes a bordo. Por cierto, esa nave fue construida en los astilleros de Bilbao en 1981.

Volviendo a la princesa, no hubiera pasado nada, si los administradores de Zona Franca de Punta Arenas no hubiesen recuperado las imágenes grabadas de la princesa -la caña de cheve incluida- de su presencia mundana en sus gélidas tierras. Quede constancia que yo no he visto las fotos; son puros chismes, pero así se hace el periodismo hoy en día.

El asunto se hizo público, al grado de que la Casa Real de España anda buscando llevar a juicio a los responsables de la indiscreción. No tengo idea del juez que agarre el caso.

A mí me surge una discrepancia. Por un lado, la Casa Real de España ha publicitado ampliamente la graduación de su futura reina en la preparatoria, su inclusión en la milicia y su embarque en el Sebastian Elcano. Se entiende que en estos períodos, cuando la monarquía es una entidad decadente y en proceso de extinción, los Borbones quieran darle a su futura reina un barniz de civilidad, o al menos de cercanía con los plebeyos que somos todos los otros.

¿Por qué, entonces, la publicación de fotogramas de doña Leonor, en su día libre de las torturas de su navegar,que andaba de shopping y tomándose una cheve, provoca tal irritación?

Si vieran las fotos de Noroña en Estrasburgo.

Yo tampoco las he visto.

PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Mi admirado gobernador de Nuevo León se voló la barda. Me dicen que está convocando a una consulta popular para cambiarle el nombre a la presa Libertad por el de “Pitorreal”. Bajo el #La Libertad es Tuya, ponle nombre a la presa, hay que mandar propuestas. Cuidado, antes del 24 de abril.

Escribo en serio.

felixcortescama@gmail.com

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Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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