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Editoriales trasnacionales: deudas y beneficios en la era digital

En las últimas décadas, la industria editorial en América Latina ha experimentado una transformación significativa, marcada por la consolidación de grandes casas editoriales trasnacionales. Estas empresas, que surgieron de fusiones, adquisiciones y expansiones globales, han redefinido el panorama literario y cultural de la región. Sin embargo, su presencia no está exenta de controversias, especialmente en una era dominada por lo digital, donde la autoedición y los ebooks desafían su hegemonía; publica Librotea / MILENIO.

Aquí exploraremos cómo se conformaron estas editoriales, su impacto en la industria, sus estrategias en la era digital y los retos que enfrentan para mantenerse relevantes.

Las grandes editoriales trasnacionales en América Latina

Las grandes casas editoriales trasnacionales, como Penguin Random House, Planeta y Océano llegaron a América Latina a través de adquisiciones y alianzas estratégicas. 

Penguin Random House (PRH) fue fundada en 2013 tras la fusión de Random House (Bertelsmann) y Penguin (Pearson), siendo actualmente propiedad total de Bertelsmann. PRH trabaja tanto la edición como la distribución de libros y ha ido heredando sellos históricos en español, expandiéndose mediante adquisiciones de otras editoriales, como Santillana (2014), Ediciones B (2017), Salamandra (2019), Vintage Español (2020), RBA (2021), y Roca Editorial (2023). 

En América Latina opera a través de sellos como Alfaguara, Lumen, Grijalbo, Vergara y Debate, entre otros. Especializada en edición y distribución de libros, publica unos 15 mil títulos anuales a nivel mundial y su catálogo cuenta con 20 mil autores en 51 sellos, manteniendo su liderazgo en el sector editorial.

Por su parte, la Editorial Planeta, fundada en 1949 por José Manuel Lara Hernández en Barcelona, España, se ha convertido en uno de los grupos editoriales más importantes del mundo en lengua española. Inicialmente, la empresa se enfocó en publicar libros de bolsillo a precios accesibles, lo que le permitió ganar rápidamente popularidad. Con el tiempo, Planeta diversificó su catálogo, incluyendo literatura, ensayo, divulgación y libros de texto, y se expandió internacionalmente.

La expansión del grupo a América Latina comenzó en la década de 1960. La editorial aprovechó el crecimiento del mercado hispanohablante y la creciente demanda de literatura en español. Para fortalecer su presencia, adquirió sellos editoriales locales con tradición y prestigio en la región. Esta estrategia le permitió no solo establecerse, sino también integrarse en las culturas literarias de cada país. Actualmente publica en los sellos Planeta, Seix Barral, Ariel, Booket, Tusquets y Emecé, entre otros. 

Océano también fue fundada en Barcelona, España, en 1977, por los hermanos José y Jorge Lara. Su expansión a México, desde 1980, ha sido fundamental para su crecimiento y consolidación como una casa editorial y distribuidora de referencia en la región. 

Como casa editorial, ha desarrollado un catálogo diverso y de alta calidad, que incluye sellos como Océano Gran Travesía, Océano Ámbar y Océano Historias gráficas. Además de su labor editorial, Océano es una de las principales distribuidoras de libros en México y América Latina. Cuenta con una red logística que permite la distribución eficiente de sus propios títulos y los de otras editoriales, tanto nacionales como internacionales. 

La editorial Anagrama, fundada en 1969 en Barcelona por Jorge Herralde, es hoy en día reconocida por su catálogo de alta calidad literaria, centrado en narrativa, ensayo y crónica. Llegó a México en los años ochenta, consolidándose como un referente para autores latinoamericanos y traducciones de obras internacionalesCon sellos como Anagrama y Panorama de Narrativas, ha publicado a autores como Roberto Bolaño, Paul Auster y Susan Sontag

Estas editoriales han logrado una posición dominante en el mercado latinoamericano, controlando una parte significativa de la producción y distribución de libros. Según datos de la Cámara Argentina del Libro, en 2022, el 60% de los libros publicados en ese país provenían de sellos pertenecientes a grupos trasnacionales. En México, el Grupo Penguin Random House y Planeta representan más del 50% del mercado editorial.

Hachette Livre, una de las mayores editoriales transnacionales del mundo, ha tenido un impacto significativo en México en los últimos años, aunque su presencia directa ha sido más discreta hasta ahora en comparación con otros mercados. Sin embargo, están creando un catálogo con autoras y autores del país con apuestas novedosas, feministas, en los géneros de mayor aceptación y con una atención destacada. Sin embargo, no deben dormirse en sus laureles ni perder el ritmo que hasta ahora han ganado con su cuidada curaduría y buena atención a sus escritores.

El libro digital

La irrupción de lo digital ha obligado a las editoriales trasnacionales a reinventarse. En los últimos años, han invertido en plataformas de venta de ebooks, suscripciones digitales y audiolibros. Por ejemplo, Penguin Random House lanzó su propia plataforma de venta de libros electrónicos, mientras que Planeta ha ampliado su catálogo digital y ha incursionado en la producción de audiolibros.

Sin embargo, la adaptación no ha sido fácil. Aunque los ebooks representan una parte creciente del mercado, en América Latina su penetración sigue siendo limitada debido a factores como el acceso a internet y dispositivos electrónicos, así como la preferencia cultural por el libro físico. Según un informe de la Unión Internacional de Editores, en 2022, los ebooks representaron solo el 8% del mercado editorial en la región, frente al 20% en Estados Unidos.

Por otra parte, según Bowker (la agencia oficial de ISBN en Estados Unidos), en 2022, alrededor del 40-50% de los libros nuevos publicados eran autoeditados o de pequeñas editoriales independientes. Amazon Kindle Direct Publishing domina el mercado de autoedición y se estima que más de 4 millones de títulos en su catálogo son autoeditados (incluyendo eBooks y libros impresos bajo demanda). A nivel global, se calcula que entre 30% y 40% de los libros nuevos que aparecen cada año son autoeditados, aunque muchos no tienen distribución amplia. En México y América Latina, la autoedición está creciendo, pero aún representa un porcentaje menor que en Estados Unidos o Europa (quizá entre 15% y 25% del total de nuevos títulos).

Así que actualmente, las editoriales trasnacionales enfrentan la competencia de plataformas de autoedición, como Amazon KDP, que permiten a los autores publicar y distribuir sus obras sin intermediarios. Esto ha democratizado el acceso a la publicación, pero también ha generado un exceso de oferta y dificultades para destacar en un mercado saturado.

Pros y contras de estar en una editorial trasnacional

Para los autores y las autoras, publicar con una editorial trasnacional tiene ventajas significativas. Estas empresas ofrecen un alcance global, distribución en múltiples países, campañas de marketing profesionales y acceso a premios literarios y ferias internacionales. Además, el prestigio asociado a sellos como Alfaguara o Planeta puede abrir puertas en el mundo literario.

Sin embargo, también hay desventajas. Los autores suelen tener menos control creativo sobre sus obras, y los contratos pueden ser restrictivos en términos de derechos de autor y regalías. Además, las editoriales trasnacionales tienden a priorizar obras con potencial comercial, lo que puede limitar la diversidad de voces y géneros.

Para los lectores, estas editoriales ofrecen un catálogo amplio y variado, pero también han sido criticadas por homogenizar la oferta literaria, privilegiando bestsellers y autores consagrados en detrimento de nuevas voces y propuestas innovadoras.

Para seguir siendo relevantes en un mercado cada vez más competitivo, las editoriales trasnacionales deben abordar varios desafíos:

Diversificar su catálogo: Deben apostar por una mayor diversidad de autores y géneros, incluyendo voces emergentes y obras que reflejen la riqueza cultural de América Latina y el Caribe.

Mejorar las condiciones para los autores: Es necesario revisar los contratos para ofrecer regalías más justas, menos años de posesión de los derechos de autor y mayor flexibilidad en los derechos digitales.

Invertir en innovación: Deben seguir explorando nuevas formas de consumo, como suscripciones digitales, contenidos interactivos, el uso de metadata y experiencias multimedia, para no perderse en el mundo virtual.

Fortalecer su presencia local: Aunque son empresas globales, deben adaptarse a las particularidades de cada mercado y fomentar la producción local.

Competir con la autoedición: En lugar de verla como una amenaza, podrían ofrecer servicios de autoedición bajo sus sellos, combinando la autonomía del autor con el respaldo de una gran editorial.

Las editoriales trasnacionales han desempeñado un papel crucial en la difusión de la literatura en América Latina, pero su futuro dependerá de su capacidad para adaptarse a los cambios tecnológicos y culturales, mejorar las condiciones y ampliar sus horizontes hacia temáticas emergentes, novedosas y hasta contestatarias frente a una realidad social cada vez más terrible.

En un mundo donde la autoedición y los ebooks ganan terreno, su éxito estará en equilibrar la rentabilidad con la diversidad, la innovación y el compromiso con los autores y lectores. Solo así podrán seguir siendo un pilar fundamental de la industria editorial en la era digital.

Imagen portada: Librotea / MILENIO

Fuente:

// Con información de Librotea / MILENIO

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: Staff
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