Por José Jaime Ruiz
Todos los casos, el Caso. Política y politiquería. Iluminar a los extraviados, a las extraviadas. Acabar con la doble moral de la derecha y sus argumentos falaces de que cualquier golondrina hace verano. La neutralidad no existe, tampoco las medias tazas. A los distraídos, les recuerdo al poeta Baudelaire: “Para ser justos, la crítica debe ser parcial, apasionada, política, hecha desde un punto de vista exclusivo pero que abra el más amplio de los horizontes”. Para los que pierden el camino, esta lámpara de Diógenes. Ni neutralidad ni “buenondismo”.
La doble moral de la derecha apabulla a Cuauhtémoc Blanco desde una postura “feminista” y, al mismo tiempo, condena desde la misoginia a la senadora Andrea Chávez por su trabajo social-médico en Chihuahua. Desde la comodidad de su fuero, Ricardo Anaya pide que desafueren a Cuauhtémoc cuando él llegó por una plurinominal al Senado para conseguir protección en contra de sus comprobados delitos. Violentadores, quienes le gritan “presirvienta” un día sí y otro también a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo son los mismos que linchan a priori a Blanco por violentador. Quienes se enriquecieron ominosamente con el dinero del pueblo durante el neoliberalismo, como Joaquín López-Dóriga, se creen moralmente aptos para impugnar el viaje trasatlántico del senador Gerardo Fernández Noroña por el ajuste de un boleto de avión.
En el neoliberalismo “Solicitar la crítica ha sido demandar el elogio” (Carlos Monsiváis). Las cosas cambiaron con la 4T porque se defiende a plenitud la libertad de expresión y no se premia con millones de pesos a quienes antes se remuneró con embute para aplaudir, aunque ahora ese libertinaje expresivo se solace ejerciendo el vituperio. La retórica inmoral ni siquiera supone, “presupone” la presunción de culpabilidad sin exigencia legal: “Cuauhtémoc violentó a su media hermana, por tanto, es un violador, por tanto, Morena defiende a un violador, por tanto, con Claudia Sheinbaum no llegaron todas”. La falsedad inicial, porque no se ha resuelto ninguna indagatoria ni se ha cerrado la carpeta, da pie a la condena (para profundizar científicamente en el tema consúltese Texto y contexto. Semántica y pragmática del discurso. Teun A. van Dijk. Ediciones Cátedra, 1980).
El contexto es diferente a la línea discursiva del texto incriminatorio, como bien lo señaló Viri Ríos (“Tercer Grado”, 26/03/2025). Pero no sólo la carpeta estaba mal hecha y no fue entregada en tiempo y forma, no sólo es que la carpeta haya sido integrada a último minuto por su enemigo político, el ex fiscal de Morelos, no sólo no hay argumentos probatorios de la media hermana del exfutbolista (del suceso de 2019), también hay que aclarar que el golpeteo de la derecha no se inscribe en la posibilidad de unas “razones potencialmente válidas” de Morena para evitar el desafuero sino enfáticamente en la colusión narrativa para condenarlo a priori, sin procuración de justicia de por medio. La premisa de Viri es idónea, pero su conclusión equivocada y “políticamente correcta” en su nado sincronizado con la derecha “feminista”. El fuero ya no existe para quien ejerce la Presidencia de la República, la discusión es vana, el fuero se va porque se va, es parte de la lucha contra la corrupción que encabeza la doctora Sheinbaum. En fin, si a Blanco se le comprueba que es culpable, más allá del contexto de la trampa política en contra de la 4T, que se le desafuere y que recaiga sobre él todo el peso de la ley.
El nado sincronizado incluye el espíritu de cuerpo de los comentócratas, los banalistas de la derecha. Cito a Blaise Pascal “Si la nariz de Cleopatra hubiera sido más corta, toda la faz del mundo habría cambiado”. Anti brechtiana, clasista, la grandilocuencia de Sabina Berman es similar: “Quitarle el fuero era históricamente más importante que dos Zócalos llenos con banderitas guindas”, se refiere a Cuauhtémoc Blanco. El elitismo de la dramaturga lo prolonga Jorge Zepeda Patterson en un artículo publicado en El País donde afirma que “El riesgo para la Cuarta Transformación no es la oposición ni la comentocracia… El riesgo está adentro… La batalla está adentro”. El reduccionismo banal de Vanessa Romero y Carlos A. Pérez Ricart y su sinrazón cleopátrica: «Veinte años y 12 días separarán a los dos procesos de desafuero más célebres de nuestra historia», se ridiculiza la primera; y la moralina acrítica del segundo: «El martes, las y los diputados de Morena sabían lo que debían hacer, pero no lo hicieron. Para cualquiera que no esté embriagado de poder, el camino era obvio: Cuauhtémoc Blanco debía ser desaforado».
Jorge y Sabina se equivocan. Dos zócalos son insuperables, porque es el pueblo quien cocinó el banquete de la victoria; no hay punto de comparación entre la democracia participativa y alguna purga a priori sin procuración y administración de justicia, por un lado; por el otro, en esta etapa el riesgo interno morenista se exagera. El riesgo sigue siendo externo (Donald Trump, la derecha internacional usando a Bukele contra México, los medios corporativos intentando una campaña negra contra Sheinbaum y la 4T, las campañas de bots trasnacionales), también interno con las oposiciones ideológicas-mediáticas-digitales y sus narrativas de odio.

El nado sincronizado se prolonga desde Latinus, Carlos Loret de Mola y la campaña negra en contra de la senadora Andrea Chávez, próxima gobernadora de Chihuahua. Los comentaristas “buenaondita”, como el citado Zepeda Patterson, hacen suya la campaña sucia que también padece la dirigente de Morena, Luisa María Alcalde, de “Putonas del Bienestar”. Desde su misoginia, Jorge publicó en el artículo de marras: “Sacan adelante los dictámenes solicitados por Palacio Nacional, es cierto, pero en todo lo demás mueven sus piezas y extienden redes para consolidar posiciones. Por ejemplo, colocar a sus candidatos a las gubernaturas, como lo hace Adán Augusto con su protégé, Andrea Chávez, en Chihuahua, por citar un caso”.

La misoginia alcanza a la titular del Canal Once. No se puede condenar a Renata Turrent por haber contratado a un productor para el canal por su pasado ideológico, ponerle un sambenito o una letra escarlata que lo condene y que se asuma que es ese hombre quien maneja los contenidos. La 4T no tiene por qué tener comisarios monacales que se santigüen en la “pureza de una moralidad revolucionaria”. En realidad, el Canal Once y el Canal 22 ensayan una nueva programación (donde no estará excluida la civilización del espectáculo con rasgos pedagógicos) que se volverá de transmisión abierta cuando se le quite la concesión a Ricardo Salinas Pliego.
Vuelvo a Monsiváis, la “teoría de la Conjura es la imposibilidad de la crítica”. Exacto, nado sincronizado en contra de la 4T, ni siquiera críticos, apenas propagandistas de los intereses reaccionarios de la derecha: Jorge Zepeda Patterson, Sabina Berman, Joaquín López-Dóriga, Raymundo Riva Palacio, Carlos Loret de Mola, Héctor Aguilar Camín, agregue a Vanessa Romero, Carlos A. Pérez Ricart, Denise Maerker, Viri Ríos, Leo Zuckermann… No es de extrañar. Espíritu de cuerpo.