México es el décimo quinto productor de acero en el mundo con 19.9 millones de toneladas al año. Desde hace tiempo, esta industria nacional enfrenta fuertes retos ante la competencia de acero chino de baja calidad y costo, pero ahora enfrenta uno mayor por la imposición de Estados Unidos, el principal socio comercial, del 25 por ciento de aranceles a este producto; informa MILENIO.
En diversas partes del país, zonas en donde se produce o se transporta el acero, ya se comienzan a sentir los efectos, como Manzanillo, uno de los puertos más importantes para la exportación de dicho metal. Ahí, las empresas viven con incertidumbre, pero aún más los trabajadores y pequeños comercios.
Al recorrer el puerto y alejándose poco de la zona turística, se llega a la parte industrial. Miles de contenedores, grúas y maquinaria se apoderan del paisaje.
A las 7:00, a las 15:00 y a las 23:00 horas se hace cambio de turno de los trabajadores de todas las empresas y del propio puerto que mueven millones de productos tanto de importación como de exportación.
En medio de una avenida alejada de las grandes tiendas y los hoteles, está el acceso peatonal del puerto mercante, en donde solo se instala María Amparo Ramírez, para vender un poco de fruta, congeladas, refrescos, entre otros productos.
Para llegar ahí, se levanta muy temprano, pues si pierde el cambio de turno de la mañana se queda sin venta medio día.
«Me dedico a la venta de hielitos, refrescos, aguas, para los trabajadores del puerto (…) ahorita nos está dañando mucho eso de los aranceles, porque no están entrando muchos barcos al puerto y también nos perjudica a nosotros como vendedores».
—¿Entonces sí han visto algunos efectos?—
«Demasiado, demasiado porque han bajado las ventas muchísimo y no solo a mí me perjudica sino también a todos los trabajadores de aquí del puerto».
—¿Usted qué hace para venir a trabajar desde donde viene?—
«Todos los días me despierto a las 5 de la mañana, voy al mercado para picar las frutas, preparar las tortas, preparar las aguas, todo, se tiene que pagar lo que es el hielo, todo porque no me regalan nada y a veces sí hay pérdidas porque no se venden los productos y por ejemplo las frutas ya no las puede vender al siguiente día y se tienen que tirar».
Desde su lugar, Amparo observa día a día a miles de trabajadores, a quienes, afirma, ve preocupados, pero sobre todo es testigo cómo muchos se están quedando sin trabajo.
«Ya muchas madres de familia que trabajaban en el puerto no tienen trabajo ahorita, literalmente están descansando porque no hay entrada de barcos y sí vienen todos los días pero las vuelven a regresar, porque no hay trabajo, no hay trabajo».
Ante la difícil situación que podría agravarse por los aranceles de Donald Trump, esta vendedora hace un llamado a la población en general.
«Hay que consumir mexicano, porque vamos mucho al Walmart, a tiendas así, mejor consumir lo que hace en tienditas y negocios que son como el mío a andar comprando en Walmart, en tiendas que son de otro lado».
Las alertas también las observa el sector empresarial, que pronostica una emergencia por los nuevos impuestos de Estados Unidos.
«Podría llevar a nuestra economía a una recesión y que esa recesión podría ocasionar la pérdida de empleos y la pérdida de inversiones para nuestro país, eso es alarmante.
«En ese contexto nuestro respaldo es a que puedan establecer acuerdos duraderos para que se pueda pulverizar esta amenaza arancelaria y le podamos dar estabilidad a México», expresó Eduardo Sánchez, presidente de Coparmex en Colima.
Ante este escenario, tanto el gobierno estatal, como los empresarios y la población confían en la negociación de la administración de Claudia Sheinbaum.
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