Hay historias que trascienden generaciones y resuenan en la memoria colectiva como un eco de nostalgia y emoción. Pretty Woman es una de ellas. Más de 30 años después de su estreno en la pantalla grande, la historia de Vivian Ward y Edward Lewis sigue robando suspiros, esta vez bajo el resplandor de los reflectores y con el sello vibrante del teatro musical; publica MILENIO.
Monterrey ha sido testigo de esta magia con la llegada de Pretty Woman The Musical, una producción que, con lujo y elegancia, se presenta en el Showcenter Complex en una corta, pero deslumbrante temporada.
Desde el momento en que se desplegó la alfombra roja, la atmósfera se cargó de expectativa. La entrada al recinto fue un desfile de luminarias, con actores, cantantes, influencers y socialités que hicieron gala de elegancia para una velada que prometía ser inolvidable.
Monterrey, conocida por su audiencia teatral, se alistaba para recibir una de las producciones más esperadas del año.
Comenzando con la primera escena, la esencia de la película de 1990 cobra vida en el escenario con una fidelidad impresionante. El director y su equipo han logrado captar la magia del filme y traducirla a un lenguaje escénico sin perder el corazón de la historia.
Los icónicos momentos que marcaron a una generación están ahí: el primer encuentro entre Vivian y Edward, la inolvidable escena de compras en Rodeo Drive y por supuesto el emotivo desenlace.
Pero lo que realmente aporta un nuevo aire a esta producción es la inclusión de un repertorio musical vibrante a cargo del legendario Bryan Adams y Jim Vallance.
Las canciones originales inyectan energía y profundidad emocional a cada escena. Desde baladas románticas hasta números llenos de dinamismo, la música complementa la historia sin sentirse forzada. Es un recordatorio de que el teatro musical, cuando está bien ejecutado, puede elevar una historia ya conocida a nuevas alturas.
Lo que hace especial a Pretty Woman The Musical no es solo su capacidad de transportarnos a un mundo de lujo y romance, sino su habilidad para recordarnos por qué esta historia ha permanecido en el corazón del público por décadas.
Más allá del vestuario impecable, las coreografías dinámicas y la escenografía que recrea con precisión el glamour de Beverly Hills, lo que realmente resuena es el mensaje de amor, transformación y segundas oportunidades.
Imagen portada: Especial / MILENIO
