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Sanjuana, Serrano, Hernández… sin máscara

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

@lostubosmty

Yo no digo que esté bien o mal, solamente hay que poner sobre la mesa cuál es el objetivo, porque —como bien dices— se hacen pasar como los neutrales —la neutralidad no existe, por cierto— que van a dar una opinión y… // Claudia Sheinbaum

Crecer a los enanos es muy mala política. La máscara de la hipocresía puritana esconde el rostro de la envidia, la codicia y de la meritocracia neoliberal. Para Sanjuana Martínez, Vicente Serrano y Luis Guillermo Hernández no se trata de debatir, se trata de deponer. Tuvieron su oportunidad en Notimex y la echaron a perder. Ni siquiera tienen ideas, tienen intereses. Error de cálculo, pasar de señalar a Renata Turrent por su salario y por contrataciones de “exaztecos” a indicar que Paulina Silva y Claudia Sheinbaum han sido corruptas. Al paso, bajo su lógica, ni Serrano, quien trabajó en Azteca, ni Hernández, un exReforma, podrían ser contratados por Canal Once por haber laborado en medios de comunicación de derecha.

Los intelectuales orgánicos de Morena (organismo diferente a la 4T, no son uno y lo mismo), Pedro Miguel y Rafael Barajas el Fisgón, le dedicaron mucho tiempo a un asunto menor, volvieron relevante lo irrelevante en un campo de batalla totalmente de derecha, como lo es la plataforma X y sus algoritmos. Poco dotados ideológicamente, sus argumentos son “morales”, no del pensamiento analítico, demostraron un razonamiento débil. No exorcizan sus fantasmas: la Catrina Norteña y la monetización, su innecesario y rabioso apoyo a Sergio Mayer (al que se sumó en su momento Fabrizio Mejía), su autoflagelación franciscana como devoción religiosa y no como trabajo político en situaciones concretas (Lenin). Una carencia de Morena es que no han creado los cuadros suficientes para los puestos técnicos y de administración en el gobierno, tampoco los cuadros ideológicos para el debate público. Pedro Miguel y el Fisgón tienen más de un sexenio sin resolver esa asignatura pendiente. Los supremacistas ideológicos desconocen algo muy simple: la autocrítica, la humildad.

Los militantes de Morena, y sus simpatizantes digitales, se equivocan al seguir la agenda de los contras, cuyo futuro no será la torpe celebridad de Carlos Loret de Mola o de Anabel Hernández. Mi augurio los condena al purgatorio donde habitan aquellos que soñaron ser “progres” y reventaron sus ilusiones en la triste monotonía de ser simples dogos de la derecha, como Ricardo Alemán o Marco Levario Turcott. Caer en la lógica del güeso es fútil. Como en la prensa, la contra-narrativa digital se regula con la narrativa digital. Vicente Serrano, Luis Guillermo Hernández y Sanjuana Martínez optaron por una ruta de colisión con la 4T y la doctora Sheinbaum, es su elección y en las redes obtendrán castigo y penitencia.

Hay batallas políticas, mediáticas, digitales e ideológicas urgentes: enfrentar a Donald Trump, y sus políticas imperialistas-extractivistas, y la democratización del corruptísimo Poder Judicial; las escaramuzas menores son minúsculas ante los otros retos. Como funcionarias públicas, y desde la transparencia, Renata Turrent y Luisa Cantú Ríos ya rindieron cuentas. La revolución de las conciencias (la revolución de la vida cotidiana como la entendió Ágnes Heller), es su apuesta. Y van bien.

(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto políticoCaldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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