Por José Jaime Ruiz
Le falló la cabeza fría a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en el caso de la senadora morenista Andrea Chávez. La doctora Sheinbaum cometió un error de cálculo, por tanto, un error político. La disyunción la plantó y planteó ella misma: o se tiene licencia o se tiene militancia. O se es una modesta militante o se es una militante plenipotenciaria. Viniendo de quien viene (80 por ciento de aprobación y una lideresa mundial) toda línea discursiva de “modestia” estorba. Hasta donde se sabe, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo una pública distancia prudente con el partido, en la Mañanera del Pueblo del 8 de abril, sin embargo, la presidenta brincó, para mal de la 4T, la delgada línea guinda. La presidenta abrió las puertas a la purga.
La doctora olvidó muy rápido lo declarado el 19 de febrero de 2025 en otra mañanera: “Repito: tengo una responsabilidad de conservar el movimiento, en términos de un Proyecto de Nación, pero ya no me corresponde ser militante de Morena; de hecho, la última vez que estuve en el Consejo Nacional de Morena puse licencia a mi militancia, porque así debe ser”. Los moneros de monasterio (AMLO dixit), Rafael Barajas el Fisgón, Monero Rapé, Monjero Hernández, de la mano del guatemalteco-mexicano Pedro Miguel, orillaron a la presidenta (y ella aceptó auparlos) a definirse porque los actos adelantados de campaña “son una vergüenza”, son “inmorales”.
Ironías de la 4T, por imponer su agenda setting, Carlos Loret de Mola se convirtió en el creíble vehículo mediático de Morena, ahora le creen a Loret y su campaña negra contra Chávez: #TodaMorenaEsLoret, pronto lo podríamos ver a través del Canal Once. Por imponer su agenda setting el dirigente del PAN, Jorge Romero, es el dirigente de facto de Morena y le impone su narrativa a Luisa María Alcalde y a Andy López Beltrán, cosas veredes. En un risible desparpajo, desde el periódico La Jornada se celebra un autoritarismo de presidencia imperial, de dictadura perfecta con el manotazo de la presidenta: “Un aire fresco entró por las ventanas de Palacio y probó que la que manda, manda”. Sí, la regresión al viejo PRI.
Los extremos no sólo se tocan, se abrazan con delicadeza. La derecha y la izquierda hablan de debatir, pero sus conspicuos representantes bloquean en redes sociales a aquellos que no comulgan con su pensamiento único, así los moneros, así Denise Dresser, así Pedro Miguel, así Enrique Krauze; lo peor, Luisa María Alcalde condiciona los comentarios de su cuenta a su séquito y a sus allegados. “Miren, qué bueno que haya debate, no hay pensamiento único al interior de Morena, y eso también es bueno. Y que, en todo caso, haya debate y que se defina en esa discusión qué es lo que le conviene a Morena”, comentó también la doctora Sheinbaum. La realidad es otra, bloquear no es debatir.
El cartón de Rapé publicado en Milenio confirma la ruptura con Adán Augusto López. Si son éticamente congruentes y consecuentes, el Fisgón y banda que lo acompaña, desde el Instituto de Formación Política de Morena, podrían solicitar abrir una carpeta para investigar las presuntas corruptelas de, al menos, Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Pedro Haces para que dejen de hacerle el trabajo sucio a la 4T con las oposiciones, labor de eficacia política que aterra a los «puros», a los «éticos» con principios monacales, y que los expulsen del partido. Si Andrea Chávez violó la ley, que los morenistas se sumen a la demanda jurídica interpuesta por el PAN y que la expulsen del partido. No lo harán porque su doble moral no se los permite, ya se sabe que la verdadera ideología de esta izquierda es la hipocresía. Esa hipocresía que no mancha las manos por la doble moral de los puristas: apertura y gracia para los enemigos (Yunes, Rommel, Mayer…) y para los amigos el golpe seco (Andrea Chávez).
Le falló la cabeza fría a la presidenta Claudia Sheinbaum. Los que se llenan la boca con la palabra «unidad», dividen. La división, el puritanismo, los rencores como premisas autodestructivas. Época de purga, tiempo de masacre al interior de la 4T. ¡Bienvenidos a la pesadilla!
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)
