Por José Jaime Ruiz
El director editorial de la Secta Chamuco, Carlos Loret de Mola, de plácemes. La gobernadora panista de Chihuahua, Maru Campos, agradeciendo las albricias porque la mejor campaña en contra de la senadora de Morena, Andrea Chávez, no le costó un centavo: pesó más la campaña negra de Rafael Barajas el Fisgón, Monero Rapé, monjero Hernández, Julio Astillero, Álvaro Delgado, Alejandro Páez Varela, y la horda digital, que los cientos de millones gastados en la prensa chayotera de Chihuahua, en Latinus, en Carlos Alazraki, Raymundo Riva Palacio y los demás que se $umaron al linchamiento y al canibalismo político. Lo que no pudo hacer Loret de Mola, lo hicieron sus trabajadores editoriales de la Secta Chamuco: meter a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en el ajo.
Los moneros salieron del monasterio (pitorreo de AMLO) para arrogarse una “supremacía moral” porque desde su apostolado son los únicos intérpretes del Mesías, del Padre Fundador de la 4T, Andrés Manuel López Obrador, pero los idealistas normalmente se equivocan o sus aportaciones a la realpolitik son ínfimas, y hasta despreciables. La mayor aportación del guatemalteco-mexicano Pedro Miguel y Rafael Barajas el Fisgón a la aprobación de la reforma judicial fue el prescindible Sergio Mayer; para que pasara la reforma, el senador Adán Augusto López negoció con Miguel Ángel Yunes y se obtuvo mayoría calificada. Hay niveles. Los idealistas nunca serán verdaderos operadores políticos, pero, eso sí, condenan que sus correligionarios se “ensucien las manos”.
La Secta Chamuco aceptó y difundió la narrativa de Maru Campos y de Loret de Mola con saña, linchamiento y canibalismo en contra de Andrea Chávez. Su “justificación” para ese embate misógino, en nado sincronizado con la derecha, es que hay empresas que patrocinan las caravanas de salud de la senadora y, por tanto, podrá existir corrupción en el futuro, cuando llegue a la gubernatura. Más allá de la especulación (no es gobernadora), los “periodistas” debieran hacer reportajes en el aquí y ahora, pero sólo siguen la línea editorial marcada por Loret de Mola y Maru Campos. Por ejemplo, se publicó en sinembargo.com:
“Hasta 2024, y desde el inicio del Gobierno morenista de Marina del Pilar Ávila Olmeda en Baja California, las empresas de y ligadas al empresario favorito de la 4T, de acuerdo a los reportajes de Latinus, Fernando Padilla Farfán, han recibido mil 100 millones de pesos del erario bajacaliforniano. Lo que por lo menos se suma a lo confirmado por reporteros y transmitido en el noticiero de Carlos Loret de Mola: dos mil 250 millones de pesos que otros dos gobiernos morenistas, el de Chiapas y el de Tabasco, dieron en contratos a las empresas de quien presume es amigo del exgobernador de Tabasco, exsecretario de Gobernación y hoy Legislador morenista, Adán Augusto López”.
A la senadora Andrea Chávez la linchan porque “en un posible futuro” le daría a Fernando Padilla Farfán lo que, según Latinus y la Secta Chamuco, le dan desde ahora los gobernadores morenistas de Baja California, Marina del Pilar Ávila, de Tabasco, Javier May Rodríguez, y de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar: miles de millones de pesos. En su Cuarta Deformación, la Secta Chamuco no lanza ninguna campaña negra en contra de estos gobernadores. ¿Contra Andrea sí, pero contra esos morenistas no? ¿Por qué? Porque la verdadera ideología de la Secta Chamuco es la hipocresía. ¿Cuándo los reporteros de “Astillero” o afines al Fisgón preguntarán qué opina la presidenta sobre esta posible corrupción? Misterio sin resolver.
En un mentecato artículo publicado en El País, Vanessa Romero se pregunta: “Aunque ella lo niegue, todos lo vimos: la senadora promociona su imagen en unidades médicas que ofrecen consultas gratuitas en la entidad que sueña gobernar”. Lo que no ven o no quieren ver Vanessa, Álvaro Delgado, Alejandro Páez Varela, Julio Astillero, Rafael Barajas el Fisgón y su Secta Chamuco, es la millonaria campaña negra de Maru Campos contra Andrea Chávez. Caníbales selectos, nada dicen de la presunta corrupción de los gobernadores morenistas Marina del Pilar Ávila, Javier May Rodríguez y de Eduardo Ramírez Aguilar. Lo que no es parejo es chipotudo, en su Cuarta Deformación, la verdadera ideología de la Secta Chamuco es la hipocresía.
