Por José Jaime Ruiz
La insania digital pretende imponer la narrativa de que Andrés Manuel López Obrador está “escondido” o que es un “refugiado” en Cuba. Más bien hablemos de “retiro contemplativo” en un jardín epicúreo llamado literalmente La Chingada. Conocedor relevante del siglo XIX mexicano, López Obrador no cayó en la peor tentación política de Benito Juárez, reelegirse. Político constructor de transformaciones, Andrés Manuel apeló primero a la revolución de las conciencias (un proletariado con cabeza y con cabezas) para evitar la tentación de Plutarco Elías Calles, el Maximato (una reelección simulada). El “Minimato” de AMLO no es la de un político en activo, su minimalismo crece en función de ser un historiador en activo.
Los expresidentes neoliberales hacen del simulacro hoja de vida. Un Carlos Salinas de Gortari atolondrado, rumiante hacia adentro; si Salinas es el padre de la desigualdad moderna, López Obrador el padre de la igualdad moderna. Ernesto Zedillo, refugiado en recintos neoliberales, dictando conferencias irracionales. Vicente Fox resguardado en enloquecidas declaraciones. La narcomirada de Felipe Calderón en su guarida: un yate. El patético Enrique Peña Nieto camuflado con peluca en un restaurante neoyorquino. Sólo AMLO podría salir a la calle, pasearse en el Zócalo y recibir la gracia y las gracias de los ciudadanos.
En el más puro sentido del término, el retiro de López Obrador es un retiro espiritual que celebra, él lo predijo, las victorias de Claudia Sheinbaum Pardo. Lo suyo, ni cueva ni escondrijo ni sótano ni cofrecillo de secretos enjoyados (los cofres los saquearon otros). Acudo a Gaston Bachelard para entender el “escondite” de AMLO: “El nido es un escondite de la vida alada. ¿Cómo ha podido ser invisible? ¿Invisible frente al cielo, lejos de los sólidos escondites de la tierra?” (La poética del espacio. FCE, p. 93). Frente al nido de ratas neoliberales, el nido alado, creativo, de López Obrador donde se anidan –se crean– nuevos trazos de viejas historias, donde el humanismo mexicano vuelve a vibrar.
Lección de vida política y mediática: No subestimen a Andrés Manuel. Re/fundacional, López Obrador reescribe la telúrica visión de los vencidos por el colonialismo español y el neoliberalismo actual. Transfigura la percepción de derrota, al menos eso espero, de Miguel León Portilla para entregar una versión brechtiana de olmecas, toltecas, mayas, aztecas, de los pueblos originarios. Un cazador tranquilo sabe esperar. Como político, AMLO no regresará a la vida pública, como escritor, sí. Los mexicanos ya juzgaron su historia política, su nueva aportación es ideológica.
Al paso. Hay pocas fotos totales. El brillante escondite de AMLO es esa icónica imagen rodeado de pueblo y, acaso, ¿no está Sheinbaum acompañando a Andrés Manuel en esa fotografía histórica? Quienes pretenden que Claudia abjure de la Cuarta Trasformación se equivocan, ella es Cuarta Transformación.
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)
