Por José Jaime Ruiz
Míralos como reptiles/ al acecho de la presa/ negociando en cada mesa/ ideologías de ocasión. // Luis Eduardo Aute / La belleza
Andrés Manuel López Obrador pudiera regresar a Palacio Nacional a darle clases de pragmatismo político a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo: los “favores” de los arribistas se pagan con relegación, con embajadas o destierros consulares –existen deportaciones doradas–, no incubando huevos de serpiente en las entrañas de la Cuarta Transformación de la vida pública del país. Hacer de la simulación una rutina destruye la esperanza y provoca desencanto: la verdadera ideología de la izquierda es la hipocresía… podrán decir muchos. La doctora tuvo la peor mañanera de los meses que lleva su sexenio, Claudia atropelló a Sheinbaum.
La disociación de Claudia la exhibe en su contradictoria narrativa. Pide en su cartilla moral a Morena unidad y después divide, critica los “acuerdos de cúpulas en contra del pueblo” para luego avalar el acuerdo cupular que le dio a Adrián Rubalcava la dirección del Metro de la CDMX, solicita no caer en la frivolidad y favorece al frívolo y deshonesto Rubalcava, condena el amiguismo y premian al “amigo” (Sheinbaum no se dirige a él como “señor Rubalcava” sino amistosamente como “Adrián”), “no puede haber colusión con la delincuencia” (¿Los Claudios?, no comments).
Sheinbaum justificó en la Mañanera del Pueblo: “Hay que darle una oportunidad a Adrián, a todos quienes critican les recomiendo que vuelvan a leer el capítulo del libro de Gracias del presidente (Andrés Manuel López Obrador) que a las personas se les evalúa en distintos momentos. Adrián Rubalcava, él toma la decisión de salirse del PRI, apoyar a nuestro movimiento y hay que darle la oportunidad de que desempeñe un buen papel al frente del Metro que yo creo que así va a ser. Entonces, ya critíquenlo después de que desarrolle su actividad”.
No hay lógica en la justificación de la doctora Sheinbaum o la lógica destruye su argumento: a Rubalcava se le critica, precisamente, después de que desarrolló su actividad corrupta y represora en el PRI y en Cuajimalpa. ¿Cuál camino de Damasco lo hará cambiar? Del torcido tronco del árbol del género priista ninguna rama recta podrá brotar nunca. Claudia abrió una puerta difícil de cerrar porque a cualquiera le podrán lavar su cochina cara. ¿No era más fácil seguir el pragmatismo político de AMLO y premiarlo con un exilio dorado en algún consulado del mundo?
No hay ninguna razón científica para que Rubalcava dirija el Metro. El sistema de movilidad tiene muchos técnicos, alude Clara Brugada para aupar al expriista, ¿por qué no pusieron a uno de ellos a dirigirlo? Iztapalapa se “cuajimalpaquizó”, ese es el terrible mensaje simbólico para las elecciones de 2027 en la Ciudad de México. Comedora de pecados, Sheinbaum asumió el desgaste político de Brugada. Aunque pueda existir control de daños, los resbalones no se controlan. ¿Preferir un mal Edén a un feliz purgatorio? Un pasado que no termina de morir y un futuro que no acaba de nacer, para recurrir siempre a Gramsci o, modificado, al citable Carlos Monsiváis: “¡Tiemblen políticos priistas, con la 4T sólo les quedan dos mil años de vida!”.
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)
