Los 133 cardenales que elegirán al nuevo papa entrarán el 7 de mayo, a las 16:30 horas locales de Roma, a la Capilla Sixtina, sin tener todavía lo suficientemente claro quien es el favorito para suceder a Francisco, fallecido el pasado 21 de abril; publica MILENIO.
Provenientes de 71 países y sin posibilidades de haberse conocido mejor previamente debido a que el papa argentino no citó en los últimos años a ninguna reunión general, los purpurados están divididos en diversas corrientes, aunque según algunas voces autorizadas, como la del teólogo y cardenal alemán, Walter Kasper, el próximo pontífice seguirá la línea trazada por Jorge Mario Bergoglio y el cónclave está dominado por la corriente favorable a la continuidad.
Los candidatos de la línea de Francisco
Antes del cónclave los cardenales electores han participado en las congregaciones, las reuniones preparatorias, para discutir los temas más candentes sobre el futuro de la Iglesia, su relación con el mundo y el perfil del nuevo papa.
Aproximadamente 170 #cardenales estuvieron presentes en la XI Congregación General, celebrada esta tarde y esperan que el nuevo #Papa tenga una perspectiva de diálogo y de construcción de relaciones con diferentes mundos religiosos y culturales.https://t.co/Z2rwCR43KF
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Hasta este martes y de acuerdo con declaraciones de algunos purpurados, no había todavía un nombre con el consenso suficiente para perfilarse como nuevo pontífice. Los dos principales candidatos, los italianos Pietro Parolin, secretario de Estado de Francisco y Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y arzobispo de Bolonia, reunirían paquetes de unos 30 votos cada uno, insuficientes para llevar a un arrastre de sufragios a su favor.
Ambos son considerados de la corriente reformista/liberal de Francisco. Parolin, en particular, es un “bergogliano” pero de corte más moderado, un diplomático de primer nivel pero con escasa experiencia pastoral, lo que sería su principal desventaja.

Otros candidatos en ascenso, también de la corriente reformista/liberal, son el francés Jean Marc Avelline, arzobispo de Marsella, nacido en Argelia y llamado el “pastor de los migrantes”, y el estadunidense Robert Francis Prevost, quien ha vivido muchos años en América Latina y podrìa encarnar la línea de continuidad con Francisco. Sin embargo, el sitio conservador español Infovaticana.com lo ha acusado de cubrir casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
Entre los reformistas, aunque moderado, figura el Patriarca latino de Jerusalén el italiano Pierbattista Pizzaballa, uno de los más jóvenes, de 60 años de edad; también el español Cristobal López Romero, un prelado salesiano arzobispo de Rabat, Marruecos; el filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, progresista, pero a quien Francisco excluyó en 2022 de la gestión de la Caritas International por aparentes malos tratos de otros funcionarios contra los empleados.
Cónclave, así se elige al Papa
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Desde la votación de los cardenales electores hasta el recuento de las papeletas que luego se queman en una estufa de hierro fundido de 1939, todos los detalles de lo que ocurre en la Capilla Sixtina.https://t.co/XzrSZWONLk
Otro salesiano español, igualmente afín a Francisco, es Angel Fernández Artime, de 64 años, también español es Juan José Omella Omella, arzobispo de Barcelona de 69 años, con experiencia misionera en África. Un estadunidense progresista es Joseph William Tobin, de 73 años, arzobispo de Newark, sostenedor de la causa Lgbtq, quien ha pedido que el Catecismo ya no considere a la homosexualidad como “un comportamiento intrínsicamente desordenado”.
Otros “bergoglianos” de corte moderado son el portugués José Tolentino de Mendonca, de 60 años; el italiano Fernando Filoni, de 79 años, diplomático experto y el maltés Mario Grech, más progresista.

De Asia sobresale You Heung-sik, surcoreano de 74 años, a quien el difunto pontífice nombró en 2021 prefecto de la Congregación para el Clero, mientras que el brasileño Leonardo Steiner, de 75 años, es considerado el defensor de los pueblos indígenas y de la Amazonia, en línea con el enfoque ambientalista de Francisco.
Otro progresista estadounidense es el arzobispo de Chicago Blase Cupich, de 76 años, quien hizo limpieza en la diócesis de Spokane, trastornada por los escándalos de los abusos sexuales de sacerdotes contra menores y pide respeto para los homosexuales.
En los últimos días un nombre que ha comenzado a despuntar en el frente progresista es el del filipino Pablo Siongco David, obispo de Kalookan, de 66 años, defensor de los derechos humanos, de las víctimas de la guerra a la droga en su país y, por lo tanto, abierto crítico del régimen de Rodrigo Duterte.
El frente conservador
En el frente conservador, crítico de la línea aperturista del papa argentino hacia las parejas homosexuales y de divorciados que se vuelven a casar, sobresale el húngaro Peter Erdo, mientras Fridolin Ambongo Besungu, de 65 años, de la República Federal del Congo, ha atacado abiertamente la posición de Francisco respecto a la posible bendición de las parejas gays.
Considerados no papables, pero patrocinadores de las corrientes más ultraconservadoras y abiertos críticos de Francisco, están Raymond Burke, obispo de Wisconsin, defensor a ultranza de la misa en latín, contrario de la mayor participación de las mujeres en la Iglesia y quien considera las relaciones homosexuales como “profundamente desordenadas y dañinas”; Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York – llamado “el favorito de Donald Trump” y el alemán Gerhard Muller, favorable “al retorno de la tradición”.
También sobresalen algunos cardenales africanos, como Robert Sarah, de Guinea, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino, quien en su libro “Dios o nada” opinó que “ante la decadencia de Occidente, África puede convertirse en la punta de lanza de la Iglesia”. También ha calificado a la teoría gender como un “falso valor” y se ha opuesto a la posibilidad de que hombres casados puedan ser ordenados sacerdotes.

Por su parte, el cardenal Peter Turkson, de Ghana, ha llamado a la abstinencia sexual contra la epidemia del HIV/Sida y ha defendido la estigmatización de los homosexuales, aunque es también conocido por su lucha a favor de los marginados y en defensa del medio ambiente.
No encuadrado en las principales corrientes de reformistas y conservadores está el cardenal Anders Arborelius, de Suecia, firmatario del “manifiesto de Pascua» que en 2005 pidió facilitar el permiso de residencia para los refugiados.
Imagen portada: Sitio Web / Vatican News