Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Los reglones torcidos de la 4T

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

@lostubosmty

El poder –dicen– es como un violín. Se toma con la izquierda y se toca con la derecha. // Eduardo Galeano / Días y noches de amor y de guerra

Una insurrección reaccionaria carcome los fundamentos ideológicos de la Cuarta Transformación de la vida pública del país, primero fue la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, ahora la de la Ciudad de México, Clara Brugada. Jorge Luis Lavalle, preso por el caso Odebrecht, es secretario de Desarrollo Económico; Adrián Rubalcava –ex priista, represor, opaco en auditorías, acosador contra periodistas y posiblemente involucrado con la delincuencia organizada– es ahora director del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Es una decisión de Layda, de la gobernadora, yo les puedo decir que yo no lo hubiera invitado a mi gobierno”, puntualizó la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo cuando sucedió el nombramiento del delincuente Lavalle. Hace unos días, sin embargo, en su carta moral dirigida al partido Morena, la militante con licencia apuró en su primer punto de sus principios ético-políticos que el movimiento contaba con “un pensamiento claro y principios sólidos… vean a la derecha mexicana en una división interna sustentada en el incumplimiento de pactos sin escrúpulos”.

Morena ha combinado principios con eficacia, para poder aprobar la impostergable reforma judicial se echó un lazo eficaz a la familia Yunes. Otra es la situación de allegarse innecesariamente a Sergio Mayer, por ejemplo, en una diputación plurinominal, o regalarle a Rommel Pacheco la CONADE, después de que los yucatecos lo despreciaron en las urnas para la alcaldía de Mérida (alguien como el congruente Roberto Gómez Junco haría mejor papel).

No siempre se entiende la delgada línea guinda entre eficacia y principios. En medio de los reglones torcidos de su partitura, la Cuarta Transformación de la vida pública del país afinó su violín, llegar al poder desde la izquierda para ejercerlo desde la derecha: la simulación. Para documentar el pesimismo, no hubo mejor manera de celebrar el colapso de la Línea 12 con una colisión política por el error de Clara, quien transformó la utopía en distopía porque sólo en un universo distópico puede entenderse su decisión de dormir con el enemigo. Brugada extravió la reflexión de Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. La distopía, agrego yo, para tropezar. ¿Todavía la 4T escribe recto con renglones torcidos?

(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto políticoCaldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)

Fuente:

Vía / Autor:

// Staff

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más