La democratización del Poder Judicial en México es un ejercicio de emancipación: poner fin a la privatización de la justicia y a una justicia mercantilizada. Que el pueblo mexicano elija a sus jueces abre una brecha planetaria en contra del neoliberalismo y el autoritarismo capitalista. La transformación de la vida pública del país sólo puede concretarse si el llamado Plan C se cumple a cabalidad. La clase política del PRIAN ya fue derrotada en los cargos de elección popular del Ejecutivo (incluyendo gubernaturas) y el Legislativo. El salto cuántico para que la vida pública sea realmente pública (Cosío Villegas) es la elección judicial, un ejercicio y ejemplo al mundo de nuestra democracia.
La revolución es esencialmente emancipación, librarse de un poder que más que juzgar, sojuzga. La clase política neoliberal fracasó, ahora es urgente separar el Poder Judicial del poder económico en sus diversas modalidades: industrias extractivas, delincuencia de cuello blanco, delincuencia organizada… La democracia participativa también se aprende, no saldrán a votar a favor del nuevo poder judicial 36 millones de personas, pero sí millones, como sucedió en la consulta popular de 2021. A partir del 2 de junio la democratización judicial será legítima y legal.
La administración de la justicia también es una mercancía; otro “dominio mediado del hombre sobre el hombre” (para emboscar a Th. W. Adorno, Dialéctica negativa), en nuestro caso la emancipación coincidirá “con la libertad para lo cualitativo”. Y lo cualitativo se equipara a un salto cuántico hacia adelante y, al mismo tiempo, en la república juarista restaurada. Revolución pacífica, revolución de las conciencias con un nuevo modelo económico que trasgrede, al transfigurarlo, al neoliberalismo en un Estado de bienestar inédito: por el bien de todos, primero los pobres con prosperidad compartida.
La caída del Poder Judicial corrupto es lo que más duele a la oligarquía y la derecha, por eso sus campañas de desestabilización social, mediáticas y en redes sociales. Romper el amasiato entre la corrupción y la impunidad es terminar de sepultar al antiguo régimen. Entre el nacimiento de lo nuevo y lo viejo hay fenómenos morbosos (Gramsci), como el de la CNTE abrazada a Ricardo Salinas Pliego y Claudio X. González. Las inercias seguirán siendo inercias.
Evaluar las candidaturas, revolución de las conciencias. Mi inclinación ideológica y electoral con Lenia Batres para la Suprema Corte de Justicia y con Bernardo Bátiz, candidato a magistrado del Tribunal de Disciplina Judicial. Teniéndolos como faro, las otras preferencias irán iluminándose en estos días. Y, el domingo, sufragio efectivo en nuestra mejor selección.
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)