Si le creemos a Hollywood, un presidente de los Estados Unidos puede manejar una crisis desde donde sea, puede ser la Oficina Oval o hasta viajando en el Air Force One como Harrison Ford: “Impenetrable. Invencible. En apuros. El destino de una nación depende del coraje de un hombre”. Eso de que Donald Trump abandonó la Cumbre del G7 por la guerra entre Irán e Israel no significa coraje, es cobardía, es TACO: Trump Always Chickens Out (“Trump siempre se echa para atrás”, para ser políticamente correctos). Siguiendo la delirante retórica de su hijo, Donald fue decapitado políticamente por las marchas multitudinarias del fin de semana y perdió la cabeza al abortar las negociaciones con Irán y respaldar a Israel en su locura nuclear.
Trump dejó de ser el líder del G7 desde su primer mandato y por su insistencia constante de una silla para Rusia y ahora para China. El problema de Donald es que revienta cualquier unidad en su política interna y en su política externa. Los países europeos propusieron “desescalar” el conflicto en Medio Oriente y Trump reventó: “Pero la verdadera historia de la tempestuosa salida por segunda vez de un G7, en el paradisiaco parque nacional canadiense, fue otra. Trump se negó a firmar la declaración del grupo de las 7 mayores potencias del mundo, en medio de la división de los aliados sobre Irán. El monitoreo de instalaciones nucleares fue un punto de fricción, ya que el presidente de EE.UU. exige que se detenga el enriquecimiento de uranio por parte de Teherán. El lunes por la mañana surgieron indicios de división entre Trump y otros líderes del G7. El mandatario estadounidense torpedeó una declaración conjunta del G7 sobre el conflicto entre Israel e Irán durante la reunión de líderes mundiales en Canadá el lunes, según altos funcionarios estadounidenses y británicos”, publica una analista en el periódico El Clarín.
Los medios de comunicación y comentócratas parroquiales mexicanos aseguran que Trump “bateó” la reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pero los análisis provincianos no caben en la política global del G7, de hecho, para ellos era más importante la reunión con Zelensky por el conflicto Rusia-Ucrania y sus repercusiones en Medio Oriente. Habituados a la estupidez familiar, en una entrevista con Fox News, Eric Trump aseguró: “Si México –digamos que ése fuera el escenario– disparara cohetes contra Estados Unidos, creo que los decapitaríamos en cuatro segundos”. Las políticas erráticas internas y externas no decapitarán al Imperio Gringo en cuatro segundos, pero tarde o temprano su destino es la decapitación, el derrumbe.
Eric Trump: "If Mexico — let's just say that's the scenario — fired rockets at the United States, I think they'd be decapitated in about four seconds flat." pic.twitter.com/oa7Qzo9voU
(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural PD. y de Posdata Editores. Dirige el periódico digital www.lostubos.com.)