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Por José Jaime Ruiz

Una importante batalla cultural se ganó al excluir a Sergio Aguayo Quezada como consejero del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Incorporar a los adversarios ideológicos a las instituciones de la 4T no es pluralidad, es imbecilidad moral y despojo estructural. Las “voces críticas” tienen suficiente espacio en los medios corporativos y en su ejercicio grafitero digital; la 4T tiene suficientes voces autocríticas que se pueden incorporar a consejerías oficiales. Los extraños compañeros de cama están en la derecha, el PRIAN, no en un modelo transformador. ¿Quién en su sano juicio invita a dormir al enemigo?

Posición congruente con la 4T la de la periodista Nancy Flores: “Ahora resulta que la ‘pluralidad’ en la academia o en los medios es abrir la puerta a la mentira, a la posverdad, a la deshonestidad intelectual. No existe el derecho a mentir, y cuando ‘gente respetable’ –según algunxs– dice que en México hay dictadura, claramente está mintiendo”. Incongruente la posición del historiador orgánico de la 4T, Pedro Salmerón: “Ahora resulta que hay que cerrar los cuerpos colegiados de las universidades a todos los que no piensan como nosotros. ¿Sabes cómo se llama eso?”. Salmerón se responde a sí mismo: fascismo. Y se equivoca rotundamente.

La democracia es razón; la violencia, fuerza bruta: “Porque la distinción entre razón y violencia sirve de apoyo a la distinción entre democracia y fascismo, y cualquier esperanza de resistir la deriva hacia este último depende de tener presente esa diferencia” (Izquierda no es woke. Susan Neiman. Editorial Debate). Existe una “derechización woke” en el historiador Pedro Salmerón que lo emparenta con Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín quienes, junto con Roger Bartra, quisieron implantar la idea de la deriva autoritaria de la 4T. La titular de la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz, hizo bien en retirar a Sergio Aguayo Quezada de la consejería del CIDE.

Para la periodista Nancy Flores, en las instituciones de la 4T no se les debe de abrir la puerta a la mentira, la posverdad y la deshonestidad intelectual. El historiador Pedro Salmerón se equivoca, en la 4T no hay una deriva autoritaria al nazismo ni al fascismo. Quien no entendió el Ulysses de James Joyce tampoco entenderá a Antonio Gramsci, quien definió el fascismo como el intento de resolver los problemas de producción y de cambio con ametralladoras y revólveres. Salmerón habla irresponsablemente de fascismo en la 4T y eso es una mentira, una posverdad y, obvio, deshonestidad intelectual.

(José Jaime Ruiz: Escritor, poeta y periodista, es autor de los libros La cicatriz del naipe (Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”), Manual del imperfecto político, Caldo de buitre y El mensaje de los cuervos. Es director fundador de la revista cultural Posdata y de Posdata Editores. Dirige el periódico www.lostubos.com.)

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Autor: stafflostubos
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