Por José Jaime Ruiz
Cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, habla del fentanilo es porque tiene un problema político doméstico, hoy por hoy el Expediente Epstein. En México la derecha se congratula por los dichos de la fiscal general, Pam Bondi, o los del narcoabogado de Ovidio Guzmán López. En los periódicos corporativos de allá, sin embargo, ese no es el tema, el tema es Jeffrey Epstein. Lo escribió Pat Dennis en The Washington Post: “…todos vieron a Donald Trump regresar a la presidencia con su superpoder: el beneficio de la duda. Incluso los votantes que no lo aprobaban como persona confiaron en que era un outsider, que decía la verdad sobre transformar el viejo sistema y exigir responsabilidades a los poderosos. Entonces, ¿por qué Trump decide tirar a la basura esa confianza para mantener en secreto la información sobre Jeffrey Epstein?”.
Donald Trump no quiere acabar con el negocio del fentanilo, de las drogas y la industria armamentista. Acostumbrado a las guerras externas, los halcones no quieren una guerra interna que destruya sus exorbitantes ganancias. El resquebrajamiento de Donald es evidente: China gana la guerra comercial, el gobierno sionista de Israel no puede ocultar su genocidio, Vladimir Putin domina cada vez más Ucrania, en Europa se gesta una separación de las políticas gringas, los países emergentes se unen a los BRICS. ¿Qué podría estar peor? Su complicidad con el acosador sexual y posible pederasta, Jeffrey Epstein.
A nivel doméstico, las inundaciones en Texas fueron la tragedia infantil más mortífera en décadas; veinte estados demócratas demandan a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, impugnando la eliminación de un programa de subvenciones que auxilia a las comunidades a protegerse de daños por desastres naturales… y vienen más lluvias; la represión contra los inmigrantes se volvió impopular, según un estudio de Gallup: “El porcentaje de estadounidenses que considera que la migración debe reducirse cayó del 55% en 2024 al 30% en junio de 2025. Paralelamente, un récord del 79% de los adultos afirma que la migración es algo positivo para el país, frente al 64% del año anterior”. ¿Qué podría estar peor? Su complicidad con el acosador sexual y posible pederasta, Jeffrey Epstein. Así que no me vengas con el fentanilo, Donald.
